La construcción de los nuevos hospitales de la capital y Alcañiz se licitará antes de acabar 2016

Lambán descarta conseguir del Ministerio de Hacienda plazos más flexibles para ejecutar el FITE y pide la firma del reparto de este año para no perder fondos.

Javier Lambán durante su discurso en la delegación del Gobierno aragonés en Teruel.
Javier Lambán durante su discurso en la delegación del Gobierno aragonés en Teruel.
Jorge Escudero

El presidente aragonés, Javier Lambán, anunció la licitación antes de terminar 2016 de los hospitales proyectados en Teruel y Alcañiz durante el acto de celebración del Día de Aragón ayer en la capital turolense. Lambán enmarcó ambas actuaciones en las políticas que lleva a cabo el Ejecutivo para "luchar contra la despoblación", el principal problema que afecta a la provincia.


El anuncio obligará al Departamento de Sanidad a agilizar al máximo los trámites de los dos proyectos hospitalarios, porque aunque el de Alcañiz ya ha sido objeto de la última revisión, el correspondiente a la capital está pendiente de adecuación para adaptarlo a la legislación en materia de eficiencia energética. El plazo de presentación de ofertas para la modificación del documento acaba de terminar.


El discurso institucional con motivo de San Jorge incidió especialmente en la lacra de la despoblación y en la necesidad de adoptar medidas para afrontarla. Señaló que Teruel ha sido la provincia que más se ha destacado en la reivindicación de medidas que palíen la regresión demográfica hasta el punto de convertir esta materia en un "problema de Estado". Entre los factores que pueden cimentar el despegue de la provincia, resaltó el turismo y el sector agroalimentario.


Entre las herramientas para revitalizar la economía y la demografía turolenses, destacó el Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), dotado con 60 millones de euros anuales y financiado a partes iguales por los gobiernos central y autonómico. Javier Lambán advirtió de la urgencia de firmar el reparto de la presente anualidad para tener tiempo de ejecutar los proyectos.


Ante un auditorio muy concurrido formado por cargos públicos y representantes de los agentes sociales, el presidente se mostró convencido de que el Ministerio de Hacienda mantendrá las "restricciones" temporales para justificar las inversiones, a pesar de la solicitud de la DGA de mayor flexibilidad en los plazos. La actual normativa obliga a ejecutar las obras en el año siguiente al de la concesión de la subvención.


Lambán recordó que el pasado enero la DGA remitió al Gobierno central su propuesta de reparto de los 60 millones para 2016, pero todavía no ha habido ninguna respuesta. Para el presidente, ante la premura de plazos, es "fundamental e imprescindible" que el destino de la anualidad se firme "lo antes posible" para que no se repita la situación de 2014, cuando se perdieron 8 millones de euros.


El consejero de Presidencia, el turolense Vicente Guillén, manifestó su temor de que ante la tardanza en firmar el reparto de 2016, con un Gobierno central en funciones y ante la expectativa de unas nuevas elecciones generales en junio el año "se pase en blanco", con el consiguiente riesgo de perder financiación. Guillén dijo que es "urgente" una respuesta del Gobierno en funciones porque el Ejecutivo que salga de los próximos comicios, previsiblemente, no estará operativo hasta septiembre.


El presidente de la DGA se refirió también a la necesidad de corregir "las injusticias" que soportan los agricultores turolenses con el actual reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). Manifestó su voluntad de aprovechar la próxima revisión de la PAC para enmendar la discriminación que soporta la provincia, con los niveles de ayudas más bajos de Aragón. El presidente consideró necesarios cambios en la estructura territorial del Estado para mejorar la situación de provincias más marginadas, como Teruel. Abogó por cambiar la actual estructura radial de los grandes corredores de comunicación por una trama "en red" que fomente el equilibrio territorial y que incluya el corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo.


Lambán reivindicó una reforma constitucional para configurar un estado federal y por cambiar el papel de Aragón en el tablero nacional. Afirmó que la Comunidad ha actuado históricamente como "pieza de seguridad", una función que ha comportado una "magra rentabilidad" por la falta de correspondencia del Gobierno central. A su juicio, el futuro pasa por hacer de Aragón un "factor de cohesión" territorial.

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