Los accidentes provocados por jabalíes se frenan pero los causados por corzos se doblan en 4 años

Entre ambas especies suman el 61% de los siniestros de tráfico por colisiones con animales.

Una señal advierte del peligro de aparición de animales en la N-234 entre Calamocha y San Martín.
Una señal advierte del peligro de aparición de animales en la N-234 entre Calamocha y San Martín.
a. g./b.

La provincia de Teruel registró en 2015 286 accidentes provocados por la irrupción de animales en la calzada, de los cuales el 61% fueron causados por jabalíes –el 34%– y corzos –el 27%–. La cifra, cuando todavía no ha terminado el año, crece un 14% respecto a los 251 de todo 2011 debido a la despoblación, que genera espacios propicios para la reproducción de distintas especies salvajes, y a la ausencia de depredadores naturales.


El choque más grave del último lustro se produjo el pasado 29 de noviembre y costó la vida de un motorista que circulaba por la N-234 a su paso por Luco del Jiloca. La moto colisionó contra un jabalí que, probablemente, se dirigía o procedía de los maizales que bordean la carretera. La cifra de accidentes con víctimas causados por la fauna alcanzó su máximo en 2011, con 7 colisiones que dejaron 10 heridos.


La mayor parte de los accidentes provocados por animales salvajes se deben a los jabalíes, una especie de gran tamaño y movilidad que está en expansión. En 2011 fueron responsables de la mitad de los siniestros –el 49%, concretamente–, mientras que en 2015 han desencadenado un tercio del total, el 33%. Paralelamente, se ha disparado la accidentalidad provocada por corzos, que en los últimos cuatro años han duplicado sobradamente su presencia. En 2011 protagonizaron 31 accidentes, frente a los 78 acumulados en 2015, un 151% más.


El subdirector provincial de Medio Ambiente, Eduardo Tre, señaló que la población de corzos se ha incrementado de forma acelerada en Teruel como consecuencia del abandono de cultivos. Tre apuntó otra razón: los cotos de caza no agotan los cupos de hembras que se les asignan porque los cazadores tienen predilección por los machos como trofeo y, de este modo, la reproducción de la especie se mantiene alta. Tras jabalíes y corzos, están a mucha distancia los perros, los zorros, la cabra montesa y los ciervos, con 26, 21, 19 y 13 accidentes causados, respectivamente, en 2015.


Una de las zonas más castigadas por la accidentalidad provocada por las especies cinegéticas es el tramo de la carretera N-234 situado entre Calamocha y el límite con la provincia de Zaragoza, donde la creciente presencia de cérvidos en la calzada se suma a la ya tradicional de jabalíes.


Para reducir la población de corzos en las carreteras de la zona, la DGA autoriza la caza libre de esta especie en los pueblos situados en la confluencia del Jiloca con la provincia de Zaragoza: Báguena, Luco del Jiloca, Burbáguena y San Martín del Río. Tre explicó que, al tomar esta medida excepcional, el Gobierno de Aragón tiene en cuenta el riesgo de accidentes derivado del tránsito de estos animales por las calzadas.

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