El Centro Rural Agrupado Bajo Martín, pionero en Aragón en enseñar asignaturas sin libros

El CRA reparte sus aulas entre La Puebla de Híjar, Samper de Calanda, Urrea de Gaén y Vinaceite con 70, 70, 20 y 10 alumnos respectivamente. En algunos casos, como en los dos últimos, en la misma clase conviven niños de diferentes ciclos, cada uno con sus libros de texto. "Es un lío ir siempre fotocopiando y yendo con cedés de un pueblo a otro. Así no se puede dar bien la clase y hace seis años, en mi primer año aquí y junto a la compañera de Urrea, pensamos en idear otro sistema", explica la jefa de estudios, Silvia del Corral, especialista en Inglés.

Aprender Inglés sin libros se convirtió en un viaje virtual por países, de hecho, acaban de regresar de Escocia y se preparan para adentrarse en Nueva Zelanda usando como excusa que es el país de origen de Peter Jackson, creador de ‘The Hobbit’. El método incluye la programación de películas y cuentos.

Este es el segundo año que los alumnos de 1º a 6º aprenden de este modo también en Ciencias Sociales y Naturales. En esta última han acabado el trimestre elaborando una pizza con alimentos saludables porque han estado viendo el cuerpo humano y los buenos hábitos. En Ciencias Sociales viajarán por el espacio en el segundo trimestre con ‘El mundo en el que vivimos’, una travesía que requiere conocer bien la Tierra.

El objetivo es la motivación: que los alumnos entiendan que todo lo que hacen durante el trimestre tiene un fin y que no pierdan la curiosidad ni la inquietud por aprender. "De momento, el Inglés no les parece un aburrimiento, así que, esa parte la estamos consiguiendo", dice Del Corral.

Este es el primer factor con el que se mide el éxito del método que termina redundando en las calificaciones, como se vio en la última evaluación de diagnóstico de 3º. No obstante, que no haya libros de texto en estas tres asignaturas no significa que no haya evaluaciones. El método permite interrelacionar otras disciplinas y asignaturas. De hecho, se siguen manteniendo los libros de la biblioteca y resultan indispensables.

El proyecto que se instauró el año pasado para aplicar una hora semanal lo dedicaron a sacar todo el rendimiento a las bibliotecas que, en el caso de los centros más pequeños, ocupan un reducido espacio pero de calidad. "Las nuevas tecnologías nos abren el mundo entero y el dinero que nos asignan para libros lo invertimos en educación comprando lo que se adecúa a lo que estamos viendo", explica la jefa de estudios.

Del Corral ejerce de portavoz de este sistema educativo, que se lleva a cabo entre todo el claustro que consta de 19 profesores de los que tres son itinerantes. Su preparación exige muchas horas de trabajo extra, pero es una preparación puramente vocacional. "Como docentes podemos hacer nuestro trabajo de muchas maneras y esta supone un reto que nos ha implicado a todos", puntualiza la docente.