La despoblación de Teruel va apagando poco a poco los pueblos de esta provincia, pero en la oscuridad de los cielos de Gúdar-Javalambre, lejos de luminosas concentraciones de industrias o de multitudes, algunos han puesto sus esperanzas para atraer nuevos turistas.

"Aquí tocamos las estrellas" es el eslogan turístico de esta comarca en la que se ubican los dos picos más altos de la provincia, el Peñarroya y el Javalambre, en torno a los 2.000 metros. Unas estrellas que se ven muy bien a simple vista por el contraste entre la oscuridad del cielo y la escasa luz que generan los pequeños núcleos de población.

Los empresarios turísticos, representantes municipales y científicos caminan juntos para que ciencia y ocio se retroalimenten y sean un aliciente para esta parte de la provincia.

El director del Centro de Estudios de Física del Cosmos (Cefca), Mariano Moles, explica que el cielo de toda la comarca es "excepcional" y por eso "en el mejor sentido de la palabra se puede explotar".

De este modo se daría un marchamo a este territorio que vive del turismo de nieve y naturaleza, apunta. Este cielo excepcional para la observación de las estrellas se encuentra muy cerca del 80 % de los aficionados a la astronomía, que viven en Cataluña, Levante, Murcia o Madrid, recuerda.

El trabajo científico lo realizan en un moderno observatorio construido en las cercanías del pico Javalambre, en el Pico del Buitre, donde se recopila la información que luego procesa y estudia el Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca), una iniciativa del Gobierno de Aragón.

Los dos telescopios del Observatorio Astrofísico de Javalambre están diseñados para hacer un estudio tridimensional del cielo, tomando imágenes con la cámara con mayor número de píxeles del mundo hasta la fecha, 1.200 millones.

Los científicos del Cefca centran sus trabajos en el estudio de la energía oscura, pero los datos que se obtengan desde este centro servirán también para otros campos de la Astrofísica.

En Arcos de las Salinas, el municipio que está a los pies de este Observatorio -considerado como Infraestructura Científico-Técnica Singular- se está construyendo el Centro para la Difusión y Práctica de la Astronomía, Galáctica.

La obra civil ya está terminada y están a la espera del equipamiento, en el que se incluyen tres grandes telescopios y nueve cúpulas donde se facilitará la observación del cielo a los aficionados, además de aprovechar para programar actividades de divulgación para público de todas las edades y conocimientos.

Moles aseguró recientemente que el centro tendría capacidad para abrirse este verano con parte del equipamiento previsto para divulgar la astronomía de una manera amena pero con rigor científico, aunque está pendiente todavía por concretar la fórmula de gestión.

Esta es la pata científica en la que se apoyan los agentes turísticos, que cada año organizan actividades divulgativas en torno a la astronomía, que van desde salidas a hacer observaciones nocturnas a rutas gastronómicas, además de charlas y exposiciones por los pueblos de la comarca.

La consejera de Turismo de la Comarca, Yolanda Sevilla, resalta a Efe uno de los mejores aspectos que muestra para el turismo este recurso: "Las estrellas pueden verse todo el año, y de hecho es interesante mirar el cielo en distintas épocas".

El potencial de este recurso entre los propios habitantes de la comarca está calando poco a poco porque es un proceso que lleva tiempo, "cuesta", reconoce Sevilla.

La institución comarcal impulsa la petición para conseguir el certificado como reserva o destino turístico de excelencia astronómica a los 24 municipios de la comarca.

Siguen el ejemplo de Canarias en cuanto a turismo astronómico y la experiencia de Dinópolis, proyecto impulsado por las instituciones públicas hace más de diez años que cuenta con una sede principal en Teruel y varias por la provincia para dar a conocer de manera científica, pero también divulgativa y muy enfocada al público infantil, la riqueza paleontológica de la provincia.