Comienza el derribo del ascensor de una vivienda adaptada para discapacitadas

La obra de derribo tiene un coste de 6.612,95 euros, según ha dicho la madre.

Las obras para derribar el ascensor por el que accedían a su vivienda dos hermanas discapacitadas de Teruel, Miriam y Alba Escuín, ha comenzado finalmente por mandamiento judicial y tras algunos retrasos.


La medida, denuncia la familia, deja a ambas hermanas sin posibilidad de salir de la vivienda más que "bajándolas a pulso por unas escaleras o colgadas de una cuerda por la fachada", según ha explicado su madre Margarita Escorihuela a los medios de comunicación a las puertas de su casa, con el riesgo que ello conlleva ante cualquier emergencia.


A primera hora de la mañana se han desplazado hasta el lugar los operarios de la empresa constructora de este ascensor que debe ser derribado en cumplimiento de un mandamiento judicial, después de que una sentencia diera la razón a un vecino que denunciaba que no podía construirse en el exterior del edificio y se desestimaran los recursos de la familia afectada.


Tras algunos retrasos por alegaciones y el rechazo de la empresa anterior encargada de llevar a cabo el derribo, finalmente han comenzado los trabajos de desmantelamiento de la plataforma elevadora y el derribo de la torre adosada a la vivienda unifamiliar que ocupa la familia.


La madre y una hermana de las dos jóvenes discapacitadas han dicho hoy a los medios que se mostraban "indignadas" por la medida, que se ha llevado a cabo con la presencia de la policía municipal y de vecinos y amigos que han mostrado su apoyo a la familia.


La obra de derribo tiene un coste de 6.612,95 euros, según ha dicho la madre, y está previsto que se lleve a cabo durante cuatro días.


Este gasto, que ha tenido que asumir la familia, se suma a los 20.000 euros que costó la construcción de la infraestructura, entre la obra de la torre exterior y la plataforma elevadora, según ha apuntado Margarita Escorihuela.


Esta última parte es la que podrán aprovechar para el nuevo proyecto que, ha dicho la madre, presentarán próximamente a la Junta de vecinos para su autorización, proyecto del que no ha dado más detalles pero que en todo caso no podrá llevarse a cabo de manera inmediata.


En todo caso, Escorihuela denuncia las dificultades de construir el elevador por dentro de la casa, no solo por el coste sino también por las dificultades técnicas que entraña para la infraestructura de la casa, ha dicho, y el riesgo que supondría su uso por ejemplo en caso de incendio.


Mientras tanto, las dos hermanas no tienen forma de abandonar el primer piso de la vivienda, que es el único habitable ya que la parte baja es un garaje y taller familiar.


El derribo se produce después de que el magistrado del juzgado de Primera Instancia nº1 de Teruel desestimara el pasado mes de marzo la demanda interpuesta por la familia de Miriam y Alba Escuín, para evitar la orden.

En la sentencia, el magistrado consideraba que una plataforma elevadora "es necesaria para la habitabilidad de las demandantes discapacitadas físicas" pero no "con las características que se detallan en el cuerpo de la demanda".

Y es que, según las pruebas periciales aportadas en el proceso judicial "cabe la posibilidad técnica de construir el ascensor por el interior de la vivienda".

Reconoce la sentencia no obstante que la medida "será más costosa" e incluso puede requerir tomar "especiales medidas de refuerzo" pero "no habría inconveniente técnico para ejecutar una plataforma elevadora desde el interior de la vivienda".


Con este recurso la familia ha agotado la vía judicial después de la sentencia de la Audiencia Provincial de Teruel del 25 de febrero de 2013 que estimaba la demanda formulada por el dueño de un inmueble contiguo, Luis Vicente G.M. contra la construcción del ascensor.