La avenida de la Fuente de Cella fue ayer el escenario del toro de soga, uno de los actos estrella de las fiestas y una tradición importada de Teruel que se ha consolidado en poco tiempo en esta localidad. 

El programa festivo, que hoy entra en su ecuador, está siendo uno de los más participativos de la historia, quizá, como señalaba la alcaldesa, María Jesús Pérez, porque este verano Cella ha recibido más visitantes que nunca.

La jornada de ayer arrancó en la iglesia parroquial, con una misa dedicada a San Clemente, una ceremonia cantada por los miembros de la Escuela de Jota ‘La Fuente’, que prosiguió en la procesión posterior con el acompañamiento de la banda de música.

Por la tarde, los toros se adueñaron de las calles, con el ensogado, primero; y los carretones de fuego infantil y los embolados, después. Entre astado y astado, se puso a prueba la imaginación de los vecinos con una exhibición de autos locos sin motor fabricados para la ocasión. El día acabó con música: por la tarde, con un baile en el auditorio; por la noche, la verbena de la orquesta ‘La Cruzada’ animó la plaza Mayor; y de madrugada, la discomóvil ‘Shadow’ reunió a los más jóvenes en torno al recinto festivo. La emoción  volverá hoy a la plaza con un festival taurino en el que participarán 6 toreros aficionados de la localidad