Teruel, la tercera provincia en empleo de la administración local y autonómica

El 18% de los trabajos dependen de la DGA y los ayuntamientos, un porcentaje solo superado por el 20% de Cáceres y Badajoz

 La provincia de Teruel es la tercera de España en cuanto a porcentaje de trabajadores ocupados en las administraciones autonómica y local, que suman el 18% de todos los empleos. Solo están por delante en cuanto a incidencia del empleo público derivado de los gobiernos autonómicos y municipales –incluidas las diputaciones provinciales–, Cáceres y Badajoz, con 27.000 y 44.000 funcionarios, respectivamente, y un 20% del total de los empleados en ambos casos.


La participación de los trabajadores de la Administración regional y local en el conjunto de la población ocupada asciende al 17% en Soria, la cuarta en el ranquin, según los datos del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas del Ministerio de Hacienda publicados ayer por El Confidencial.


En Huesca, los trabajadores del Gobierno aragonés y de los ayuntamientos suponen el 15,3% del total del empleo, mientras que en Zaragoza el porcentaje baja hasta el 10,6%. La provincia con menor incidencia proporcional del empleo de los ejecutivos autonómicos y de las corporaciones locales es Madrid, con un 7,9%, seguida de cerca por Barcelona, Valencia, Baleares, Alicante y Gerona.


El secretario general de la federación de trabajadores de la Administración de CC. OO. en Teruel, José Vicente Valero, valoró positivamente la  alta proporción de empleados del Gobierno aragonés y los ayuntamientos, porque indica que «se mantienen» los servicios públicos», aunque matizó que el dato no indica que Teruel disponga de ningún privilegio en esta materia. «Las prestaciones que recibimos los turolenses son las mismas que en otros sitios. Lo que ocurre es que al no existir otras actividades económicas que generen empleo la balanza se inclina del lado de lo público», aclaró.


Valero añadió que «la clave» del importante peso laboral de la administración en la provincia es la falta de una potente actividad industrial que genere riqueza y puestos de trabajo. El sindicalista señaló que también la despoblación y dispersión de los núcleos habitados obliga mantener una red de servicios extensa y de más peso proporcional en el empleo que en otras provincias más pobladas y con grandes núcleos.