Despoblación

Lledó busca a una familia con dos hijos para salvar el colegio

El año pasado dos familias, a las que se ofreció trabajo, garantizaron la supervivencia del centro, pero una se ha marchado y el Ayuntamiento ofrece alquileres a 100 euros para nuevos pobladores.

Las dos familias que llegaron a Lledó el año pasado
Las dos familias que llegaron a Lledó el año pasado
HA

Cuatro niños, uno de 4 años, dos de 5 y otro de 10 años, esperan ansiosos la llegada de dos compañeros que salven el futuro próximo de su escuela en el pequeño municipio turolense de Lledó.


A pocos días del comienzo del nuevo curso, este pueblo de la comarca del Matarraña necesita al menos dos alumnos para completar el número mínimo exigido por el departamento de Educación del Gobierno de Aragón, que ha pasado a ser de seis estudiantes.


El año pasado la localidad logró salvar el CRA Algars de Lledó gracias a la llegada de dos familias a las que una empresa cárnica de la zona ofreció trabajo. La más numerosa, con cuatro niños en educación infantil o primaria, ha decidido abandonar el pueblo debido a que no le han renovado el contrato por incumplimientos del propio empleado, según María José Vallés, alcaldesa de Lledó.


Vallés explica que para promover la llegada de gente ahora varios vecinos ofrecen alquiler de vivienda a 200 euros y el Ayuntamiento subvenciona el 50%, quedando en tan solo 100 euros. Este año no pueden ofrecer un puesto de trabajo pero sí ayuda para presentar el currículum en toda la zona y apoyo para la creación de negocios. "Si alguno se atreviera..., aquí hay una tienda y un bar pero no hay carnicería ni restaurantes, sería bienvenida cualquier idea que se les pueda ocurrir", afirma la alcaldesa.


Esta población tiene 180 habitantes y la primer edil asegura que llevan varios años luchando contra la misma situación. Para el curso siguiente ya habrá dos niños más en edad escolar que garantizarán la continuidad, si el centro logra sobrevivir a este año.


Ahora el tiempo corre en su contra, ya que a finales de mes se cierra el plazo para mantener abiertas estas escuelas. Aunque varias familias se han interesado ya por la oferta, la alcaldesa reconoce que "solo del alquiler no se vive, necesitan un trabajo", además pide a los solicitantes que visiten la localidad para conocerla y ver si realmente les convence. "Es un pueblo pequeño pero acogedor, en una buena zona con muchos municipios alrededor, la otra familia que vino el año pasado se ha integrado perfectamente, yo lo vendo muy bien pero que vengan y decidan ellos", concluye.


Otros colegios en peligro

En junio otro municipio turolense de tan solo 150 habitantes, Noguera de Albarracín, comenzó una iniciativa similar para encontrar familias con hijos que salvaran su centro escolar, a cambio de alquileres reducidos. En Pancrudo la llegada de una familia con tres hijos, a la que se le ha ofrecido una vivienda, ha garantizado la continuidad del aula un año más, tal y como explicó Joaquín Juste, presidente de la Comarca Comunidad de Teruel.


Pero estos colegios no son los únicos en peligro de extinción, la nueva normativa podría suponer el cierre de otros centros turolenses como el de Crivillén, Orrios y Mezquita de Jarque, según publicó HERALDO DE ARAGÓN en su edición impresa. 


Las localidades afectadas buscan soluciones similares a las del municipio del Matarraña, mientras que la Plataforma de Escuelas Rurales de Teruel, que agrupa a las asociaciones de padres y madres de los pueblos de menos de 300 habitantes, se plantea iniciar movilizaciones después de que la consejera de Educación, Dolores Serrat, aplazará hasta septiembre una reunión para tratar este tema.


En total en la comunidad aragonesa hay 74 Colegios Rurales Agrupados (CRA). El pasado curso cinco municipios, tres turolenses (Libros, Loscos y Palomar de Arroyo) y dos oscenses (Sodeto y Castigaleu) perdieron también sus escuelas por falta de alumnos, ampliando hasta 14 la lista de aulas rurales que han cerrado en los últimos cuatro años por la despoblación que afecta a muchos municipios aragoneses.