TERUEL

El colegio Palmireno denuncia problemas de salubridad por la presencia de palomas

El Justicia reclama al Ayuntamiento medidas para evitar el anidamiento de aves en el centro escolar de Alcañiz.

La profesora y los niños señalan los excrementos que caen sobre el patio.
El colegio Palmireno denuncia problemas de salubridad por la presencia de palomas
HERALDO

El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, se ha sumado a las continuas protestas de la directiva del colegio 'Juan Lorenzo Palmireno' de Alcañiz por los problemas de salubridad que ocasionan las palomas que anidan en el centro escolar desde que se puso en funcionamiento hace tres años. Es más, advierte al Consistorio de que en caso de ocurrir alguna incidencia derivada de esta circunstancia, el Ayuntamiento pondría incurrir en responsabilidad patrimonial.

 

Esta sugerencia llega después de que el pasado 3 de febrero el Justiciazgo registrara una queja por los problemas de salubridad que provoca la presencia de palomina (excremento de estas aves) para los escolares. «Se colocan en los alerones del tejado y los excrementos ensucian el patio donde juegan los niños. A los escolares les cae en el pelo, el almuerzo y los más pequeños los tocan cuando juegan en el suelo o con la pelota», explica la directora del centro Carmen José Giner.

La institución del Justicia envió el pasado 11 de mayo una sugerencia a la alcaldesa de Alcañiz, Amor Pascual, en la que le rogaba que «disponga de lo necesario para, mediante la instalación de los elementos adecuados en los lugares de anidamiento de palomas, la limpieza a fondo de sus restos o cualquier otra que considere conveniente» para resolver el problema. Considera que, pese a que el Consejo Escolar del Centro ha comunicado este problema en reiteradas ocasiones al Consistorio, este solo ha realizado alguna actuación puntual, pero no ha adoptado «medidas adecuadas para darle una solución definitiva».

Tres años de quejas

Esta solicitud le ha llegado al Justicia tras más de tres años de quejas por parte de la directiva del colegio al Ayuntamiento mediante el Consejo Escolar, en el que tiene representación el equipo de gobierno alcañizano a través de la concejal de Educación, Cristina Biel.

 

Tras las constantes protestas en 2008, el Ayuntamiento contrató a la empresa Plaga Stop para que colocara dos jaulas en el colegio. Asimismo, se instalaron diez más en diversos edificios de la localidad debido a otras peticiones de ciudadanos por este mismo problema. Pese a ello, desde el centro escolar observaron que este sistema no era la solución más adecuada para erradicar la presencia de las aves. «Las palomas entraban y salían de la jaula», admitió Ariño.

 

Los directivos del centro consideran que la mejor solución era la instalación de un sistema de pinchos colocados en los alerones para que las palomas no se posen. El método no es agresivo para las aves, ya que solo las ahuyenta. Viendo que el Consistorio no aceptaba su propuesta al considerarla muy costosa y que las palomas seguían en el colegio, desde la directiva se decidió a principios de año transmitir la queja a la Dirección Provincial de Educación, al Justicia, a la zona veterinaria, así como al Departamento de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón.

Un hecho común

En febrero el Justicia envió un escrito al Consistorio para recabar información de las actuaciones que la institución municipal había llevado a cabo o tenía previsto realizar para «eliminar o reducir al mínimo la incidencia del problema».

 

En la respuesta del Ayuntamiento, que no contestó hasta el 25 de abril, consideró que este problema «es un hecho común para la ciudad y no se puede centrar la actuación municipal es un hecho concreto».

 

El Ayuntamiento, además, no se hizo responsable de la situación alegando a la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo de Educación. En ella, se argumentaba que la mejora suponía una inversión mayor que el simple «mantenimiento y conservación» de los centros educativos, por lo que necesitaban «autorización» de la administración educativa e incluirlo como un nuevo «gasto de inversión» presupuestaria. No obstante, el Justicia explica que el coste no es tan elevado, ya que, según manifiesta, supone en torno a 3.000 euros (2.206 euros las varillas, y 789 euros la plataforma para la instalación).

 

El responsable de la institución discrepa, asimismo de la interpretación de la normativa y, aunque considera que la alusión legal efectuada por el Ayuntamiento «es correcta», pone en duda que sea una inversión que haya de consignarse al presupuesto de la entidad local y no como un gasto corriente.

 

Dice que la presencia de palomas puede generar cuatro problemas importantes: «Crean suciedad con sus excrementos; dañan y contaminan los alimentos; llevan asociadas plagas de insectos y ácaros; y ponen en riesgo la salud humana». Por ello, presenta al Consistorio dos alternativas. Insiste en que el Ayuntamiento incluya el coste la instalación de los pinchos en el presupuesto municipal; por otro, recomienda incrementar la dotación de limpieza en los lugares en los que las aves se posan y dejan su rastro. Entiende, sin embargo, que al no ser una solución definitiva, a largo plazo puede resultar más costosa.