CARRETERAS

La variante de Alcañiz se abre al tráfico tras cuatro años de obras y casi dos de retrasos

Evitará que cerca de 10.000 vehículos circulen cada día por el centro urbano de la capital bajoaragonesa.

El primer vehículo por la nueva variante de la capital bajoaragonesa pasó a las 15.10 horas.
La variante de Alcañiz se abre al tráfico tras cuatro años de obras y casi dos de retrasos
J. ZARDOYA

Todo llega. La variante de la carretera N-232 a su paso por Alcañiz abrió ayer definitivamente su paso a miles de vehículos. La apertura, prevista para las 14.00 por el propio Ministerio de Fomento, no se produjo exactamente hasta las 15.10, unos 70 minutos más tarde. Muy poco para una infraestructura que llega casi con dos años de retraso respecto a los plazos iniciales y que ha sido objeto de reclamación durante unas tres décadas en el Bajo Aragón.


Nadie estuvo para cortar la cinta inaugural ni las preceptivas fotos de rigor. Tan sólo una docena de operarios detuvieron el tráfico en los enlaces con la antigua carretera, retiraron la señalización temporal, y dieron paso a los vehículos por el nuevo vial.


La infraestructura está planteada en dos ejes fundamentales. El primero, de unos seis kilómetros entre los puntos kilométricos 131 y 137 de la carretera N-232, evita el paso hasta ahora obligado por Alcañiz al tráfico entre Zaragoza y el levante peninsular. El segundo conecta la carretera N-232 con la N-211 hacia Caspe y tiene un trayecto de unos 3 kilómetros. Los cálculos realizados cifran en tres minutos y medio el nuevo trayecto, frente a los 8 minutos que costaba cruzar la ciudad o los 24 minutos que suponía si se coincidía con alguno de los muchos transportes especiales que discurren.


En relación al coste final, la infraestructura se ha disparado hasta los 43,5 millones desde los 28,5 en que fue adjudicada. 34,4 millones se han gastado en las obras y el resto en el pago de expropiaciones y en la dirección técnica de los trabajos. De hecho, en su última visita a la obra a mediados de marzo, el secretario de Estado de Infraestructuras, el oscense Víctor Morlán, culpó del sobrecoste a las mejoras introducidas a petición del Ayuntamiento de Alcañiz y de paso criticó la posición del Consistorio gobernado por IU en relación a su oposición a la variante en detrimento de la futura A-68: «algunos no tienen ni idea de infraestructuras. Son perfectamente compatibles, y la variante es necesaria. Son críticas que demuestran el desconocimiento de cómo debe producirse la movilidad; diferenciar entre vías de alta capacidad y variantes creadas para los vecinos del territorio, y tiene más que ver con otros intereses», aseguró Morlán entonces.


«Veinte años tarde»


También se quiso desmarcar ayer de las críticas a la infraestructura de su socio en el Ayuntamiento de Alcañiz el candidato socialista, Manuel Ponz, quien aseguró que «es un gran día porque estamos encantados con la variante. El PSOE ha cumplido con creces lo prometido», e insistió en que la obra mejorará los flujos circulatorios en la ciudad, cifrados en unos 9.000 vehículos, 1.300 de ellos de transporte pesado. También se mostraron «satisfechos» desde el PP, aunque criticaron «los obstáculos» que ha tenido que superar la obra y «los dos años de retraso que llevamos», indicó su portavoz, Yolanda Vallés.


No fueron las únicas críticas. Desde la Junta de Carreteras y Ferrocarriles, una plataforma ciudadana reivindicativa, su presidente, Juan Carlos Bosque, aseguró que la apertura «no deja de ser una buena noticia pese a que llega con 20 años de retraso. Evitará el circo que se arma en Alcañiz». Bosque reivindicó que «lo que verdaderamente hace falta es la autovía A-68» que conecte El Burgo de Ebro con las Ventas de Valdealgorfa, el ferrocarril a Motorland y el arreglo de la N-232 desde Ráfales a Castellón, «que es tercermundista y limita nuestro desarrollo futuro».