Tercer Milenio

En colaboración con ITA

AYUDAS AL SECTOR DEL CARBÓN

Sabor agridulce en las calles de pueblos mineros

Los vecinos, hosteleros y mineros retirados de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos vaticinan la desaparición de la cuenca minera si no se alcanzan acuerdos que garanticen, al menos, la reconversión de la zona.

Incertidumbre es la palabra que define el sentimiento de los vecinos de los pueblos de la comarca de Andorra-Sierra de Arcos. Ariño es uno de los que vive al cien por cien la minería porque todos los empleos están directa o indirectamente relacionados. "Cuando pasa algo de este tipo se nota, sobre todo, en los bares y restaurantes", comenta el propietario del Restaurante Bahía de Ariño y concejal en el Ayuntamiento, José Antonio Oliete. Afirma que no estará tranquilo hasta "que no se firmen todos los convenios que se tengan que rubricar con Endesa para el traslado de carbón" y se resuelva el Decreto. Estos pueblos están llenos de mineros retirados, que desde la experiencia ven cómo se juegan el pan los jóvenes de sus familias. Uno de ellos, Francisco Noé, vive en Ariño y son sus sobrinos y su yerno los que se dedican al sector. Unos trabajan en los lavaderos, otros en la mina, en los desmontes o en la arcilla. "Al polígono industrial estaban llegando empresas, pero si dejan de venir, esta cuenca desaparecerá", explica. "Se empeñan en decir que Teruel no existe, pero somos muchas familias las que hemos vivido del carbón y estamos preocupados", añade la andorrana Trinidad Méndez, hija, nieta, biznieta y madre de minero.