Una pésima relación con el sector liderado por Boné

Los encontronazos culminaron con la destitución de Julio Esteban de sus competencias municipales. Tampoco la relación de Ferrer con Biel es fluida.

Las pésimas relaciones entre Miguel Ferrer y el sector del PAR liderado por el secretario general y consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, no han dejado de empeorar desde que arrancó la legislatura. La inclusión de dos rivales políticos declarados como Ferrer y Julio Esteban, cercano a Boné, en la misma lista electoral, contenía el germen de las tensiones que han desestabilizado al grupo aragonesista.


El primer encontronazo interno se plasmó, por todo lo alto, en enero de 2009 con la fulminante destitución por Miguel Ferrer de su correligionario Julio Esteban de todas sus delegaciones en el Ayuntamiento. Ferrer argumentó que había perdido su confianza en Esteban, que ocupó el segundo puesto en la candidatura electoral de 2007. La tempestiva decisión del alcalde, que no había sido consultada con su socio de gobierno, el PSOE, impuso una profunda reorganización del organigrama municipal con el mandato apenas mediado.


La crisis abierta con esta medida tuvo su prolongación en la Comarca de Teruel. En noviembre de 2009, los seis consejeros afines a Miguel Ferrer destituyeron por su cuenta y riesgo a Julio Esteban como portavoz. A pesar de las reprimendas de la dirección del PAR, incluida la de José Ángel Biel, el relevo se consumó y, el lugar de Esteban, lo pasó a ocupar Amador Villamón, un estrecho colaborador del alcalde de Teruel. La dirección del PAR abrió un expediente disciplinario a los seis consejeros díscolos, que todavía no se ha resuelto.


Aunque el presidente del PAR, José Ángel Biel, ha servido, aparentemente, de sustento para Miguel Ferrer en sus encontronazos con el sector de Alfredo Boné, las relaciones entre Biel y Ferrer no han estado exentas de tensiones. La última vez en que las discrepancias afloraron fue con motivo de la aprobación del reparto del Fondo de Inversiones de 2010. Ferrer, que confiaba en la inclusión de una partida sustanciosa para liquidar la Vía Perimetral, se quedó helado al constatar que su supuesto valedor, Biel, le había dejado en la estacada. En aquel momento, el alcalde apuntó la posibilidad, que no se llegó a concretar, de someterse a una moción de confianza para reforzar su peso político tras sentirse ninguneado por su propio partido.