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Javalambre, un búnker para la ciencia

El observatorio del Pico del Buitre estará enterrado bajo tierra para evitar el impacto visual y protegerse del frío.

Recreación infográfica del observatorio del Pico del Buitre, que, salvo las cúpulas, quedará oculto bajo la tierra salpicada por las manchas verdes de las sabinas rastreras.
Javalambre, un búnker para la ciencia
TORRESCáMARA

"El observatorio astronómico de Javalambre será un auténtico búnker, aunque de uso civil". El técnico responsable de las obras, Juan José Herreros, define así el complejo de 1.200 metros cuadrados promovido por el Centro de Estudios de la Física del Cosmos de Aragón (CEFCA) en el Pico del Buitre, a 2.000 metros de altura. Los edificios se construyen íntegramente con bloques de hormigón, estarán intercomunicados por más de 100 metros de túneles subterráneos y quedarán ocultos bajo tierra y camuflados en el terreno. Pero en este caso el objetivo no es protegerse de ejércitos enemigos, sino de un clima inhóspito de alta montaña, con temperaturas invernales de 16 grados bajo cero y vientos de más 200 kilómetros por hora, además de reducir al máximo el impacto paisajístico de un ambicioso proyecto que pretende desvelar los secretos del Universo. Su presupuesto, de 13,2 millones de euros, se financia con cargo al Fondo de Inversiones.

"El objetivo de la construcción subterránea es -dice Herreros- que los operarios del observatorio puedan desplazarse por todas las instalaciones sin tener que salir al exterior". Las principales excepciones serán las cúpulas de observación y algunos tejados. El telescopio principal se levantará sobre una torre de 18 metros mientras que su 'hermano' pequeño se montará a 6 metros del suelo. La integración paisajística ha sido prioritaria. Tras la finalización de los edificios, las zonas visibles se pintarán de color ocre para mimetizarlas con el entorno.

La dureza del clima en el Pico del Buitre ha obligado también a sustituir la técnica de construcción tradicional, mediante encofrados, por el montaje de grandes piezas de hormigón prefabricas, un cambio que acortará notablemente la duración de los trabajos. Torrescámara, compañía encargada de la obra civil, prevé completar la estructura del observatorio en 15 días, a los dos meses de empezarse. Con los métodos tradicionales hubiera tardado más de un año, y el crudo invierno se hubiera echado encima antes de finalizarla. Los paneles prefabricados llegan desde Gurrea de Gállego (Huesca) y, con las primeras nevadas, será imposible el acceso de vehículos pesados.

Parón invernal

Herreros, jefe de Producción de Torrescámara, advierte, no obstante, de que, desde diciembre a marzo, los trabajos se suspenderán, porque "con las nevadas y el hielo no se podrá acceder al Pico del Buitre ni con un tanque". A pesar del parón invernal, las edificaciones estarán listas antes del plazo previsto y los telescopios entrarán en servicio en junio de 2011 -el más pequeño- y en marzo de 2012 -el más potente-. Ambos están en construcción y se llevan la parte del león del presupuesto al sumar un coste de nueve millones de euros.

Según Juan José Herreros, las condiciones de trabajo actuales son "estupendas con temperaturas que rondan los 20 grados, mientras que, por ejemplo, en Valencia, se superan los 40". Pero la situación empeorará drásticamente a partir de octubre, cuando se inicia la temporada de heladas. Aunque lo peor son, según Herreros, los vendavales, que dificultan mucho el manejo de las grandes piezas de hormigón, con un peso que oscila entre 5 y 11 toneladas.

El complejo dispone también de un muelle de carga para manejar los grandes espejos del telescopio principal, el T-250, que se fabrican en los Estados Unidos y Bélgica y que son el elemento "más importante" del proyecto, según el director del CEFCA, Mariano Moles. Tanto en la fabricación de estos instrumentos como en la obra civil el ritmo de ejecución "marcha al día, los plazos se cumplen al 100%", dice Moles.

Uno de los objetivos de la construcción subterránea y a prueba de bomba es permitir la presencia permanente del personal encargado del control de los telescopios y garantizar el correcto funcionamiento de los equipos. El técnico de Torrescámara señala que la empresa "nunca antes había colocado tanto grosor de aislante en las paredes".

José Luis Lamadrid, coordinador del observatorio, se muestra "encantado" con el complejo, porque en el Pico del Buitre la suma del frío y el viento genera, algunos días de invierno, "una sensación térmica de hasta 38 grados bajo cero". Lamadrid dice que, para él, "será un lujo disfrutar de la montaña, de la astronomía y de un proyecto científico de vanguardia". Está deseando que las instalaciones funcionen a pleno rendimiento. Entonces, dos personas trabajarán en el complejo astronómico en turnos de cinco días, al cabo de los cuales llegará el relevo y regresarán a casa, aunque, en invierno, todo dependerá "del espesor de la nieve".