MALTRATO ANIMAL

Un cazador de Albarracín, denunciado por mantener 18 perros hacinados y descuidados

El Seprona detectó 24 infracciones en la perrera. La DGA asesora al propietario para corregir la situación.

Un cazador de Albarracín, denunciado por mantener 18 perros hacinados y descuidados
Un cazador de Albarracín, denunciado por mantener 18 perros hacinados y descuidados

El Departamento de Agricultura tramita un expediente sancionador contra un cazador de Albarracín, Santiago López, por mantener a 18 perros, la mayoría de ellos podencos, encerrados en precarias condiciones en un pequeño chamizo situado a las afueras de la localidad. La pésima situación de los animales, desnutridos, atados con cadenas demasiado cortas, rodeados de suciedad y con parásitos, fue denunciada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que, a su vez, actuó a partir de un aviso de la Sociedad Protectora de Animales de Teruel (SPAT).

Tras constatar la mala situación de los animales, el Seprona presentó ante el Ayuntamiento y el Servicio Provincial de Agricultura 24 denuncias por otras tantas infracciones detectadas en la perrera. La DGA, además de tramitar la correspondiente sanción, mantiene contactos con el cazador para regularizar la jauría.

La SPAT, que eleva el número de perros afectados a 20, ha retirado a cuatro de ellos para su adopción. Desde la Protectora definieron como "demencial" la situación de la perrera: "Los animales estaban sucios, malnutridos, llenos de parásitos y, en algunos casos, enfermos". Por otro lado, el propietario ha cedido gratuitamente otros canes a cazadores amigos y actualmente solo le restan cinco. Según una portavoz de la SPAT, los perros estaban tan amontonados "que no tenían ni espacio para tumbarse" y, según esta asociación, "no se trata de un caso aislado en la comarca".

Desde los servicios veterinarios de la Oficina Comarcal Agroambiental (OCA) de Albarracín colaboran con Santiago López para mejorar las condiciones de la perrera, que carece de la correspondiente autorización como núcleo zoológico. El Departamento de Agricultura comprobó también que algunos de los perros no tenían el preceptivo chip de control ni habían recibido las vacunaciones obligatorias.

El propietario de la jauría negó que sus perros estuvieran mal alimentados, aunque reconoció que había tenido mucho trabajo en Teruel y había "descuidado" la atención de los animales. Admitió que tenían garrapatas, pero a su juicio, "no era una situación grave".

Santiago López consideró exagerada la denuncia y se mostró "sorprendido" por ella. Afirmó que, sin salir de Albarracín, hay otras perreras en peor estado que la suya. Los veterinarios de la OCA han realizado dos inspecciones para supervisar la mejora de las condiciones de los animales, que, además de no estar atados con cadenas han ganado espacio y salubridad tras la denuncia. "No soy un maltratador de animales", recalcó su propietario.

Explicó que el hacinamiento se incrementó recientemente porque, a raíz de las quejas de una vecina, tuvo que trasladar a cuatro perros que tenía en otro corral. Se mostró dispuesto a colaborar con la OCA y a mejorar las condiciones de la perrera, con el objetivo de que cada perro disponga de un mínimo de cuatro metros cuadrados y puedan estar desataduras. "Estoy en ello", concluyó.

Quejas vecinales

La presencia de perreras en el entorno de Albarracín provoca quejas vecinales por las molestias que generan. Entre los más molestos, figuran los propietarios y usuarios del campin Ciudad de Albarracín, situado a unos 200 metros de la rehala de Santiago López. El propietario del establecimiento, José Antonio Vicente, se mostró "harto" de los ladridos. Según explicó, el intercambio de aullidos entre jaurías, sobre todo de madrugada, motiva "quejas de los clientes, que en algunos casos se han marchado hartos de no poder dormir por las noches".

Añadió que un usuario del campin visitó el corral de Santiago López, situado junto a un sendero turístico, y se mostró indignado por sus "penosas condiciones". El hostelero señaló que los vecinos "no tienen por qué aguantar las molestias derivadas de la afición a la caza de unos señores". Advirtió que, si los cazadores no toman medidas, denunciará una situación que le perjudica profesionalmente.

Local saneado. Tras la denuncia, el cazador ha eliminado el chamizo más precario y ha alojado a cinco de los 18 perros que tenía -el resto los ha cedido- en un edificio de construcción contiguo al antiguo cobertizo.

Chamizo precario. Cuando el Seprona visitó la perrera, la instalación era precaria, además de insuficiente para los perros, que se encontraban rodeados de suciedad, con parásitos y atados con cadenas cortas.