PARTO EN LA CARRETERA

Una mujer da a luz en la N-211 atendida por dos automovilistas cuando iba al hospital de Alcañiz

Una pareja marroquí de Caspe se convierte en la segunda en dar a luz en las carreteras turolenses en tres días.

Tras ayudar en el parto, Patricia y Blanca visitaron al pequeño -en brazos de su padre- en el hospital.
Una mujer da a luz en la N-211 atendida por dos automovilistas cuando iba al hospital de Alcañiz
B. S.

El matrimonio de origen marroquí formado por Zamrane Abdelaziz y Hanna no llegó a tiempo al Hospital Comarcal de Alcañiz. Venían desde Caspe, pero el niño, el segundo de la pareja, tuvo que nacer en la Nacional 211 antes de llegar a la capital del Bajo Aragón. A primera hora de la mañana de ayer, la mujer comenzó a notar que el momento del parto se acercaba de forma inmediata. "Mi mujer me ha avisado de que llegaba el momento pero no nos daba tiempo de llamar a ninguna ambulancia. Al final he cogido el coche yo pero a pocos kilómetros de Caspe he tenido que parar porque el niño nacía ya", explicó el padre.

En plena carretera, el pequeño Zamrane decidió llegar al mundo sin esperar más. El coche, parado en la vía, llamó la atención de las ocupantes de otro vehículo que avanzaba inmediatamente detrás también en dirección a Alcañiz. Patricia Garcés y Blanca Tomás, dos vecinas de Caspe de 25 años, se encontraron en su trayecto diario con la escena.

"Salíamos juntas para ir a trabajar a Alcañiz a las nueve de la mañana como cada día desde hace tres años. Íbamos hablando entre nosotras, y de pronto, vimos que había un coche parado en la carretera y que un hombre nos pedía con los brazos que parásemos", explicó Tomás.

El hombre, muy nervioso, pedía unas tijeras. Al principio las chicas, debido también al limitado conocimiento de castellano del padre, no alcanzaron a entender qué sucedía. Tras descifrar sus indicaciones, la pareja se acercó al vehículo y vio en el interior a un bebé recién nacido con su madre.

Aunque era la primera vez que se veían en una situación así, lo primero que hicieron fue cubrir al recién llegado con una toalla que, casualmente, Blanca Tomás, llevaba en el coche. "Enseguida llamamos al 061. Mientras llegaban, la enfermera nos fue indicando lo que teníamos que hacer para anudar el cordón del niño", comentó Garcés. A pesar del nerviosismo encontraron en las zapatillas del padre, la cuerda que necesitaban para atar el cordón del pequeño.

En cuanto llegaron la Guardia Civil y la ambulancia del 061, las improvisadas matronas siguieron su camino rumbo a Alcañiz donde se incorporaron a su puesto de trabajo como cada día. "Esto sólo pasa en las películas", añadió Tomás. "Yo alguna vez había visto un parto pero es muy diferente participar en él", explicó Garcés, que aunque es Auxiliar de Enfermería trabaja en una farmacia de Alcañiz.

Su amiga, Blanca Tomás, es Administrativo y trabaja en un establecimiento de la capital bajoaragonesa. "Llevamos todo el día pensando en eso. Sólo pasa una vez en la vida y las caras de la madre y del niño no se nos olvida. En casa no se lo creían", relataron al unísono.

Para asegurarse de que el niño se encontraba bien, hicieron una visita al Hospital Comarcal de Alcañiz, donde permanece ingresada la madre con el pequeño, ambos, en perfecto estado de salud. El pequeño Zamrane pesó casi tres kilos y, a pesar de su ajetreada llegada al mundo, en la tarde de ayer presentaba unos ojos muy abiertos. "Muchas gracias por todo", es lo que acertó a decir Hanna, la madre, con un limitado castellano y una tímida sonrisa. "Ha sido muy rápido. Menos mal que han aparecido estas chicas que nos han podido ayudar. Lo importante es que la madre y mi hijo están muy bien", añadió el padre más relajado durante la tarde de ayer.

El nacimiento de Zamrane es el segundo que se produce en las carreteras de la provincia de Teruel en apenas tres días. El del alcañizano se suma al alumbramiento de la pequeña Sara Edo que tuvo lugar en la autovía Mudéjar en la tarde del martes en una rotonda a la altura de La Puebla de Valverde. Su madre, Victoria Igual, no pudo aguantar a llegar al Hospital Obispo Polanco de la capital y dio a luz en el coche.

La embarazada se puso de parto a tan sólo diez minutos de viaje del centro sanitario. En esta ocasión fue el marido, Francisco Edo, el primero que se hizo cargo de la situación. A continuación, le tomó el relevo una pareja de la Guardia Civil, cuyos agentes ejercieron de improvisados comadrones. También en esta ocasión, tanto la niña como la madre se encuentran en perfecto estado de salud.