TERUEL

Trasplantan 6.000 joyas botánicas para evitar su destrucción por el observatorio de Javalambre

Expertos en medio ambiente reubican en un vivero ejemplares de tres especies: dos de interés especial y otra en peligro de extinción.

Los operarios trabajan extrayendo el cepellón de las plantas en lo alto del Pico del Buitre.
Trasplantan 6.000 joyas botánicas para evitar su destrucción por el observatorio de Javalambre
ANTONIO GARCíA

El proyecto del observatorio astrofísico en el Pico del Buitre, en la Sierra de Javalambre, se ha concebido de manera que su construcción sea lo máximo respetuosa posible con el medio natural. Por eso y para evitar que las obras perjudiquen a la flora autóctona que crece en el macizo montañoso, tres de cuyas especies se caracterizan por su gran singularidad, se ha decidido trasplantar las variedades botánicas que puedan resultar dañadas con la construcción de los edificios. Estos albergarán los dos telescopios y la zona de servicios del complejo astrofísico, promovido por la Fundación Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón, CEFCA.

Los trabajos, que han comenzado esta semana y continuarán la próxima, consisten en trasplantar en torno a 6.000 ejemplares de una especie catalogada en peligro de extinción y dos más declaradas de interés especial. De la primera, denominada Oxytropis jabalambrensis, únicamente afectará a doce ejemplares; se reubicarán cincuenta cepellones de Androsace vitaliana y el resto, de Erodium celtibercum.

Esta intervención está coordinada por la empresa zaragozana Folia, con experiencia en la zona por haber llevado a cabo un trabajo similar durante la construcción de las pistas de esquí. Cinco operarios dirigidos por una técnica de Folia se han tenido que enfrentar estos días a un tiempo despiadado, con fortísimas rachas de viento, granizo e incluso nieve.

Pese a ello, una buena parte de las plantas que podrían verse afectadas por las obras del observatorio ya están reubicadas en un vivero que se ha habilitado a doscientos metros de donde crecían antes. Se trata de un lugar que presenta las mismas condiciones naturales y que, además, cuenta con recursos hídricos provenientes de una fuente, "fundamentales para este proceso", según la técnica Leticia Ortiz. Otro de los requisitos imprescindibles es extraer la planta con todo el cepellón y raíz de manera que enraíce en su nuevo hábitat sin problemas. "Para ello -explicaba la especialista-, hay que picar mucho en el terreno, porque se encuentran en un sustrato muy pedregoso".

Además de trasplantar las especies que resultarían dañadas por la construcción de los edificios, se va a establecer un perímetro de protección en la superficie contigua, de manera que tras su balizamiento se impida el paso a los vehículos y personal de las obras.

El vivero, en el que se instalará un sistema de riego automatizado para el aporte de agua sobre todo en los meses de verano, dispondrá de un vallado con el que se pretende evitar la entrada del ganado. La intervención está supervisada por responsables de Medio Ambiente de la DGA.

El Pico del Buitre, situado a casi dos mil metros de altitud, albergará cinco edificaciones, dos de ellas con cúpula para los telescopios, y las tres restantes, destinadas a control y servicios. Todas estarán conectadas por galerías subterráneas para facilitar el paso en momentos de mal tiempo.