AVANCES CIENTÍFICOS

Los astrónomos de Javalambre elaborarán un mapa del cielo de todo el hemisferio norte

El equipo de investigadores del Centro del Cosmos de Aragón ya ha comenzado los primeros trabajos científicos.

Sebastián Sánchez y Javier Cenarro. Ambos analizan datos obtenidos en Javalambre.
Los astrónomos de Javalambre elaborarán un mapa del cielo de todo el hemisferio norte
ANTONIO GARCÍA

Un equipo de cinco astrónomos, de los alrededor de 25 con que llegará a contar el Centro de Estudios del Cosmos de Aragón con sede en Teruel bajo la dirección de Mariano Moles, ya ha comenzado a trabajar con los primeros datos proporcionados por un telescopio provisional instalado en el Pico del Buitre, en el macizo de Javalambre. Este equipamiento, junto con el centro de datos de la capital, es una infraestructura básica que está sirviendo para empezar los trabajos preparatorios mientras se construye el potente telescopio Actuel; el definitivo.

 

Los datos obtenidos constituyen una valiosa información que se ha ido recabando a lo largo de los últimos dos años y que ha permitido, como primera medida, elaborar un trabajo científico que será publicado en breve en revistas especializadas de astronomía. No obstante, el objetivo inicial será la elaboración de un mapa del cielo de todo el hemisferio norte, un proyecto encuadrado bajo el nombre de 'Javalambre Survey', que permitirá cartografiar un total de 8.000 grados cuadrados de universo.

 

"Por sí mismo este barrido del cielo ya es interesante para cualquier astrónomo -señalaba Sebastián Sánchez, responsable científico del observatorio de Javalambre-. Va a ser el único cartografiado del hemisferio norte, ya que el último que se hizo fue en los años 90 y la calidad de la imagen no era muy buena".

 

El mapa, cuya base han sido los estudios incluidos en el proyecto 'Alhambra' realizado en el observatorio Calar Alto (Almeria) -el más antiguo de la Península- será la herramienta con la que se pretende alcanzar el objetivo principal: descubrir la estructura del Universo y, en concreto, la composición de la energía oscura.

 

"Hay que partir de la base de que solo conocemos un 4% de la composición del universo -indicaba Sebastián Sánchez-, y con el cartografiado vamos a intentar desentrañar algunas de las incógnitas. Se trata de un objetivo tan ambicioso y a largo plazo que a lo mejor no lo veré en toda mi vida científica".

 

El interés científico de la iniciativa ha sido un reclamo más que suficiente para que los astrónomos, jóvenes pero con experiencia -algunos, como Sebastián Sánchez con más de 12 años de investigaciones, tanto en el observatorio Isaac Newton de Palma (Canarias), como en Alemania y Calar Alto-, se hayan trasladado a Teruel.

 

"El observatorio de Javalambre es diferente, porque va a dedicar el 80% de sus estudios a un solo proyecto, y esto es bastante novedoso en España", indicaba el responsable de Javalambre.

 

En el mes de mayo se empezó a reclutar el equipo de investigadores de carácter internacional, en un proceso que no concluirá hasta que esté instalado en montaña el telescopio Actuel, una maquinaria de alta precisión, cuyó montaje, según las previsiones, estará listo a finales de 2010.

 

Entre los tres mejores

La calidad del cielo de Javalambre ha sido el elemento fundamental que ha posibilitado desarrollar en Teruel el importante proyecto astronómico. Sebastián Sánchez manifestó que si se observa un mapa de Europa realizado con satélite, "veremos que es prácticamente imposible localizar una zona donde no haya luz". El macizo turolense es uno de los pocos territorios donde no hay contaminación lumínica y, además, está a una altura sobre el nivel del mar considerable, lo que facilita los objetivos del Centro de Estudios de Física del Cosmos aragonés.

 

El primer informe que el equipo de científicos de Teruel está ultimando y que será publicado proximamente en revistas especializadas concluye que el Pico del Buitre se sitúa entre los tres mejores lugares del mundo para la observación astronómica, junto con Háwai y Chile.

 

Sánchez dice que esta afirmación no es gratuita: la avalan las 130 noches observadas desde Javalambre y las 80.000 mediciones realizadas hasta ahora, frente a las 10.000 que se suelen contabilizar en la mayoría de los centros de investigación de este tipo.