TERUEL

Los vecinos del barrio de San Julián reclaman el acondicionamiento de espacios verdes para el ocio

Han propuesto al Ayuntamiento que el Cerro de los Alcaldes se convierta en el gran parque arbolado de esta zona de la ciudad

Los vecinos del barrio de San Julián reclaman el acondicionamiento de espacios verdes para el ocio
Los vecinos del barrio de San Julián reclaman el acondicionamiento de espacios verdes para el ocio
ANTONIO GARCÍA

Los vecinos de San Julián de Teruel reclaman al Ayuntamiento el acondicionamiento de zonas verdes con objeto de paliar las grandes carencias de espacios destinados al ocio y recreo que presenta el barrio.

 

La Asociación de Vecinos ha solicitado al Consistorio por escrito que dedique algunas de las partidas incluidas en el nuevo Plan para el Estímulo de la Economía y el Empleo (plan E), que el Gobierno central dirige en esta segunda fase a proyectos medioambientales, a varias iniciativas de carácter ecológico.

 

Entre los proyectos más destacados que poponen, figura la repoblación y acondicionamiento del Cerro de los Alcaldes, un espacio de gran superficie, integrado por laderas, que se encuentra en estos momentos en estado de semi-abandono. Los vecinos quieren que el Cerro se convierta en el gran pulmón verde, al tiempo que un elemento emblemático para el barrio.

Barrio ecológico

"Los vecinos apostamos por un barrio ecológico, verde, con baja presión edificatoria y adecuado para vivir. Queremos un bario de primer orden", explicaba el presidente de la Asociación de Vecinos, José Polo. San Julián surgió en los años sesenta y su especial configuración, en la zona más baja de la ciudad y sobre la cual se asientan los cimientos de los viaductos, le otorgó desde el principio un carácter eminentemente rural. A pesar de estar integrado por edificios de poca altura, los vecinos consideran que se han cometido errores urbanísticos serios cuya reproducción hay que evitar en el futuro. "En estos momentos tan solo tenemos un espacio verde: el parque de San Antón, por lo que esta situación habría que cambiarla", indicaba Francisco Fortea, uno de los representantes de la asociación vecinal.

 

Para José Polo las propuestas vecinales son mucho más ambiciosas: "Cuando hablamos de un barrio verde, reivindicamos una serie de intervenciones con perspectiva de futuro, con un plan a 20 años vista que evite los errores del pasado", explicaba Polo, para quien San Julián presenta grandes posibilidades de convertirse en un barrio muy próximo al ciudadano, si las instalaciones de tipo industrial diseminadas en la periferia van desapareciendo y si la gran superficie contigua a la vía perimetral se destina a edificaciones de baja altura y separadas por grandes espacios verdes.

Casas cueva

Entre otras iniciativas, la Asociación reclama la recuperación de cuatro casas-cueva que todavía se conservan en la zona, aunque en estado de gran abandono, y que se pretende destinar a usos culturales o como salas de exposiciones temporales. "Y por qué no para el turismo", subrayaba Francisco Fortea, quien agregó que acondicionar las cuevas no resultaría excesivamente costoso.

 

José Polo advierte de que las actuaciones de carácter medioambiental se deberían completar con labores de mantenimiento del cárcavo que discurre por todo el subsuelo del barrio y cuya misión es canalizar las aguas que tras las lluvias desembocan en la rambla de San Julián.

El dirigente vecinal afirma que esta conducción "no se limpia desde hace veinte años, como mínimo", una circunstancia que, a su juicio, propicia la obstrucción del cárcavo y, como consecuencia, "inundaciones en caso de avenidas".