FIESTAS DE TERUEL

Los toros ensogados decepcionan

No se registró ningún herido de consideración. Solo el último astado fue bien valorado por los aficionados

Los miembros de la Soga y Baga libran a un corredor -con camiseta verde caqui- de una cogida con un tirón de la soga.
Los toros ensogados decepcionan
ANTONIO GARCÍA

El acto más representativo de las fiestas de la Vaquilla de Teruel resultó ayer más deslucido de lo habitual debido, sobre todo, al mal resultado del ganado, que se mostró muy estático y no propició las carreras que aportan emoción a los participantes y animan el festejo. Se salvó de la mala tónica general el último toro de la tarde, que dejó un buen sabor de boca en los corredores. Afortunadamente, no se produjeron incidencias de gravedad entre los aficionados, salvo algunos empujones y caídas sin consecuencias.

 

El traslado de las reses de madrugada desde la plaza de toros, tras ser ensogadas, hasta los corrales del Centro Histórico -situados en la Nevera- ya fue decepcionante. La situación continuó así durante la salida de esos mismos toros por la tarde. Solo se corrigió con la incorporación en la segunda parte del acto de reses de refresco traídas expresamente desde Castellote por el ganadero, Teodoro Adell. La última de todas fue, según un aficionado, excepcionalmente buena para la soga, "mejor que Cartageno -un toro de grato recuerdo por su buen resultado con la soga-".

 

Los 27 miembros de la Soga y Baga cumplieron a la perfección con su labor de evitar las cogidas mediante el manejo de una cuerda de 20 metros atada a la testuz del animal. Pero las reses, de unos 450 kilos, no respondieron, en general, a las expectativas depositadas en ellas. El público también fue muy numeroso en todo el recorrido de los animales por el Centro Histórico, que principalmente discurrió por la calle del Tozal y la plaza del Torico. También fueron muchos los curiosos que se acercaron a los corrales de la Nevera para ver de cerca a los astados sin correr riesgos.

 

Los toros de Teodoro Adell decepcionaron después de cuatro años en que las reses del criador de Castellote dieron excelentes resultados en los toros ensogados. Las críticas a la escasa movilidad de las reses fue ayer la tónica dominante tanto entre los corredores como entre los miembros de la Soga y Baga. Uno de los sogueros más veteranos manifestó su "desilusión" por la actitud de los toros, que, a su juicio, "no es normal" con los precedentes que tenía en la Vaquilla. Un corredor señaló que "salvo el primero y el último de la tarde" el festejo resultó muy deslucido.

 

El buen tiempo y el arraigo de los ensogados entre los turolenses propiciaron una presencia muy nutrida de público en la plaza del Torico, el punto central de los toros ensogados. Entre los presentes, hubo varios representantes institucionales, empezando por el alcalde, Miguel Ferrer, el presidente de la Diputación Provincial, Antonio Arrufat, y el diputado del PP, Manuel Pizarro, un habitual de este festejo.

 

La primera parte de los ensogados, la de madrugada, no fue nada halagüeña. Uno de los toros apenas pudo dar unos pasos fuera de la plaza tras ser ensogado. Tres de los cuatro que terminaron el recorrido hasta la Nevera lo hicieron a bordo del cajón con ruedas usado por la Soga y Baga para trasladar a los astados que se plantan en el camino.

 

El segundo toro del lote, que salió en torno a las 6.00, hizo el recorrido completo a bordo del cajón. Aun así, unos pocos corredores le acompañaron en el desplazamiento para, al menos, mitigaron el frío de la madrugada. Varios cientos de aficionados vieron, no obstante, frustrada su ilusión de correr al lado de la reses por las rondas de Ambeles y Torán hasta la Nevera.

 

Uno de los miembros de la Soga, Ángel García, explicó que por la mañana tres de los cuatro toros se trasladaron a los corrales de la Nevera en el cajón con la esperanza de que "al no castigarlos de madrugada, pudieran reponerse y dar juego por la tarde". Pero no fue así. García reconoció que el comportamiento del ganado fue el peor de los cinco años en los que el Ayuntamiento contrata los toros ensogados con Adell.

El alcalde reconoció que "los toros no han andado bien". Solo uno de la mañana dio buen resultado y especialmente uno de la tarde, que sirvió para que los aficionados se divirtieran y se llevarón un buen recuerdo del festejo.