TERUEL

Un equipo de geólogos estudia el riesgo sísmico de la falla de Concud

Los resultados de la investigación se conocerán a final de año y con ellos se determinará el comportamiento de los terremotos. Los sedimentos revelan que la zona, situada en el entorno de la ciudad de Teruel, registra una constante actividad tectónica.

Los investigadores señalan los registros de la falla de Concud en el interior de la zanja de cuatro metros de profundidad.
Un equipo de geólogos estudia el riesgo sísmico de la falla de Concud
ANTONIO GARCÍA

“La gente tiene que saber que esta es una zona de actividad tectónica. No hay razones para asustarse, porque puede ocurrir un terremoto de aquí a miles de años, pero hay que conocerlo”. El catedrático de Geodinámica Interna de la Universidad de Zaragoza, José Luis Simón, dirige desde hace dos años un estudio sobre la falla de Concud, en el que participan tres expertos más, y cuyo trabajo de campo finaliza esta semana.


El estudio es una iniciativa del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza y está financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.


La investigación, con la que se pretende determinar el comportamiento de los terremotos y, en particular, el riesgo sísmico de una amplia zona del entorno de la capital cincundada por las fallas de Concud y de Teruel, aportará los primeros resultados a final de este año.


Por de pronto, el gran número de sedimentos que se han localizado en dos enormes zanjas de 4 metros de profundidad por 25 metros de longitud, abiertas en los terrenos donde se aprecia la falla de Concud, han puesto de manifiesto que este fenómeno geológico registra una actividad tectónica constante. La falla ha sido la causante de los últimos terremotos detectados en las proximidades de Teruel en época reciente, entre ellos el que tuvo el epicentro en Villaspesa y Cubla en el año 1998, de 3,5 grados de magnitud en la escala de Richter.


José Luis Simón fue el que alertó a finales del pasado año de los riesgos que podría entrañar construir el nuevo hospital general de la capital en la zona del Planizar, justo donde confluyen las fallas de Concud y de Teruel.


“Esta falla tiene muchos registros -explicaba el catedrático, refiriéndose a la de Concud-, de modo que mediante su estudio pdremos saber las pautas que sigue; es decir cada cuánto se mueve y en qué magnitud”. Se ha podido apreciar que durante el Cuaternario reciente -en los últimos 40.000 años- han habido sacudidas fuertes, pero se desconoce de forma precisa cuando ocurrieron. Paloma Lafuente, que realiza su tesis doctoral sobre esta falla, asegura que uno de los terremotos más intensos que se produjeron en la zona llegó a alcanzar 6,5 grados en la escala de Richter. Estudios de laboratorio permitirán datar con más exactitud este fenómeno.


El equipo de geólogos se ha centrado en primer lugar en la falla de Concud porque, según señaló Simón, “presenta un registro de sedimentos muy continuo, por lo que ofrece numerosa información”. Agregó que en la zona es posible apreciar, además, un desnivel del terreno de 250 metros, como efecto del movimiento producido a lo largo de tres millones de años.


Los expertos no descartan continuar sus trabajos en un futuro en la falla de Teruel, en la zona del Planizar, donde se proyecta construir el nuevo hospital. En relación a esta edificación, José Luis Simón cree que se deberían ejecutar unos estudios geológicos exhaustivos previos a su construcción, con objeto de determinar la estabilidad del terreno y los posibles riesgos sísmicos de la zona.