TERUEL

Alcaldes de Teruel y Cuenca piden que se revoque el informe negativo sobre la A-40

Reclaman por escrito al Gobierno central que se construya la autovía con medidas ambientales correctoras.

Momento de la firma
Alcaldes de Teruel y Cuenca piden que se revoque el informe negativo sobre la A-40
ANTONIO GARCÍA

Alcaldes de las provincias de Cuenca y Teruel firmaron ayer tres requerimientos con los que reclaman al Gobierno central que deje sin efecto la declaración de impacto ambiental negativa sobre la A-40 y construya esta autovía poniendo las medidas correctoras necesarias para proteger el paisaje. Los documentos, que fueron entregados en la Subdelegación del Gobierno, resaltan el interés social y económico que tiene este eje para los territorios que atraviesa y para el resto del país, al constituir una ruta alternativa a los saturados corredores de Madrid y Barcelona.


Uno de los recursos va dirigido al presidente del Gobierno de la Nación solicitándole que proponga al Consejo de Ministros la aprobación de la ejecución de la autovía por su interés social y económico. A la Secretaría de Estado de Cambio Climático se le pide la revocación de la declaración de impacto ambiental negativa. Un tercer escrito es para la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento con el objeto de que este organismo exprese su discrepancia respecto a la decisión de no hacer la autovía.


"Hemos esperado mucho"


En el acto, que tuvo lugar en el salón de plenos del Ayuntamiento de Teruel, estuvieron presentes un total de diez alcaldes, siete de ellos de la provincia de Teruel y tres de la de Cuenca. Uno de los ediles conquenses, el alcalde de Salvacañete, Vicente Giménez, representaba, además, a sus homólogos de Cuenca, La Huerguina, Pajarón y Pajaroncillo. El anfitrión, el alcalde de Teruel, Miguel Ferrer, aseguró que los alcaldes del enclave valenciano del Rincón de Ademuz -tres en total-, al no haber podido acudir por no residir en sus municipios, entregarían las alegaciones en la administración correspondiente. Todos ellos -suman 17- presiden los ayuntamientos por cuyo término municipal discurriría la autovía entre Teruel y Cuenca.


"Queremos los tramos tal y como estaban proyectados. Es cierto que hay fuentes, veredas y zonas sensibles, pero que hagan túneles o que arbitren las medidas más adecuadas para no dañarlas. Llevamos mucho tiempo esperando una carretera digna de estos tiempos y no se puede demorar más", manifestó la alcaldesa de Salinas del Manzano (Cuenca), Crétida Argilés, en relación a la idea del Ministerio de Fomento de modificar un tramo de 40 kilómetros volviendo a iniciar toda la tramitación ambiental.


Por su parte, el alcalde de la localidad turolense de Libros, Rafael Millán, pidió agilidad en el proyecto para acabar, en el caso de su municipio, con el peligro que supone que la N-330 cruce el casco urbano. "Somos los más perjudicados. Los camiones pasan sin parar por la población y hace falta ya una solución", denunció.


El alcalde de Salvacañete (Cuenca), Vicente Giménez, defendió que se inicien las obras por aquellos tramos sin problemas medioambientales y "se adopten medidas correctoras en aquellos que plantean problemas".


Miguel Ferrer afirmó que si bien la postura del Gobierno central no es tan rígida como hace dos meses, cuando anunció que la autovía entre Teruel y Cuenca no se haría por motivos ecológicos, "el proyecto necesita todavía un impulso y los requerimientos son una forma de mantener viva la reacción frente a la decisión estatal".