TERUEL

Cañizar del Olivar impulsa la primera granja de Aragón de cría de cangrejos en cautividad

El centro experimental estudia la recuperación de la especie autóctona, que está en peligro de extinción.

Recuperar la especie e investigar sobre la posibilidad de criar en cautividad el cangrejo autóctono son los objetivos de la primera astacifactoría (granja de cangrejos) que se pone en marcha en Aragón, unas instalaciones que comenzaron a funcionar de forma embrionaria hace dos años en Cañizar del Olivar pero que recientemente han tomado un nuevo rumbo tras pasar a depender del Gobierno de Aragón.


En la granja, en cuyo interior se reproduce la temperatura ambiente, crecen actualmente 400 ejemplares de este cangrejo incluido en el catálogo de especies amenazadas de Aragón y calificado como en peligro de extinción. De hecho, en muy pocos ríos de la Comunidad Autónoma perviven estos crustáceos, que prácticamente desaparecieron en los años ochenta a causa de la paulatina contaminación de las aguas de los diferentes cursos fluviales. Y también por la propagación de la afanomicosis, una plaga producida por un hongo endémico del cangrejo americano, que fue introducido en aquella época en los ríos españoles de forma masiva.


Pese a todo, en las pozas de las cabeceras de los ríos turolenses o en pequeños arroyos aún es posible ver algún ejemplar. Las bajas temperaturas de sus aguas, a las cuales es especialmente vulnerable la especie americana, y el aislamiento de las mismas que reduce el contacto con zonas afectadas por la plaga, son algunas de las razones que, según el director del Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, José Antonio Gómez, han preservado a los crustáceos en nuestros cauces.


Cinco piscinas interiores

Las instalaciones de Cañizar del Olivar disponen de cinco piscinas en el interior de la nave y cuatro en el exterior, para comprobar el nivel de adaptación de estos animales a diferentes hábitats.


Agentes de protección de la naturaleza se encargan de evaluar periódicamente parámetros como la temperatura, las características del agua o la alimentación de esta especie, de hábitos nocturnos, que durante el día permanecen escondidos en sus refugios -una especie de canutos que reposan en el fondo de las balsas- y de noche están cargados de actividad. "Es un centro de recuperación y de investigación genética, en el que se estudian las medidas para mejorar su resistencia, y también de educación ambiental -recalcaba José Antonio Gómez-. Pero la repoblación no es el principal objetivo, porque técnicamente, por el momento, no es muy viable".


Hasta ahora, los resultados obtenidos en la astacifactoría de Cañizar del Olivar no son desalentadores. Gómez señaló que no se ha producido demasiada mortandad entre las cabezas criadas en cautividad, muchas de las cuales proceden de una granja con más experiencia ubicada en Rillo (Guadalajara), y también de las cabeceras de algunos de los ríos turolenses más puros.


Desde las instalaciones, que en principio surgieron por iniciativa del Ayuntamiento de Cañizar del Olivar si bien contaron con el apoyo de la Consejería de Medio Ambiente, ya se ha hecho alguna repoblación, pero el responsable del Departamento insiste en que los pasos se llevan a cabo "muy despacio, poco a poco, para evitar errores y afianzar las investigaciones".


El seguimiento se lleva a cabo por parte de los agentes de protección de la naturaleza del área medioambiental de Montalbán.