SANIDAD-ARAGÓN

Comienzan las obras de la nueva sala de clasificación de pacientes de Urgencias

El Salud espera que la reforma mejore la organización del servicio, en el que el enfermo será visto por un ATS nada más llegar y atendido antes o después según su gravedad.

La Consejería de Salud ha iniciado las obras de construcción de la nueva sala de triaje de pacientes del servicio de Urgencias del Hospital Obispo Polanco de Teruel. La actuación estaba prevista para antes del verano de 2007, pero finalmente los trabajos, cuya duración se estima en un mes, no comenzaron hasta el pasado lunes.


Tras las obras, el servicio de Urgencias contará con un nuevo espacio en el que un enfermero verá a los pacientes nada más llegar y valorará su gravedad. Ayudado por un programa informático que analizará diversos datos del enfermo -tensión arterial, número de pulsaciones, temperatura corporal, etc.-, el profesional sanitario clasificará el estado de salud del usuario y determinará si precisa de una atención más o menos rápida.


Según uno de los médicos de la unidad de Urgencias, Fernando Galve, la puesta en marcha de la sala de triaje no se traducirá en una gran reducción del tiempo de espera de los pacientes, pero sí mejorará la organización del servicio. "El enfermo verá que un sanitario le atiende en el primer momento de su llegada al hospital, algo que le proporcionará tranquilidad", indicó Galve.


Sala para resultados

La implantación del nuevo sistema de triaje lleva aparejada la creación de un segundo espacio en el que los pacientes puedan esperar los resultados de las pruebas que se les han practicado, como análisis o radiografías.


Galve explicó que, en la actualidad, los enfermos aguardan en el mismo box donde han sido atendidos a que el facultativo les entregue y comente los resultados de las pruebas, impidiendo que nuevos pacientes ocupen la camilla para ser examinados por el médico. "Esta situación -señaló el facultativo- colapsa innecesariamente el servicio de Urgencias en muchas ocasiones, y por ello se buscó una solución. Para esto no sirven los pasillos, había que acondicionar un lugar".


El servicio de Urgencias del Hospital general Obispo Polanco de Teruel atiende cada año una media de 30.000 pacientes, una cifra que los profesionales de esta unidad consideran "muy alta". La capital tiene una población que ronda los 35.000 habitantes, pero en cuanto al uso del hospital se refiere, hay que sumar otras 50.000 personas, que son las que viven en el área de referencia de este centro sanitario.


La plantilla de médicos de Urgencias está cifrada en 12 personas, pero la falta de profesionales dispuestos a trabajar en Teruel impide que se cubran todas las plazas y que, en la práctica, 10 facultativos se ocupen del servicio. La Unidad cuenta también con 15 enfermeros a los que pronto se sumarán otros seis, al ser estos profesionales quienes se responsabilizarán del sistema de triaje. Por último, en Urgencias trabajan ocho auxiliares.


La apertura de nuevos espacios ha supuesto la supresión de algunos de los despachos médicos, puesto que la superficie total del área sigue siendo la misma que antes. Solo ganará sitio Urgencias cuando el servicio de emergencias del O61, ubicado al lado, se traslade al nuevo centro de salud de Teruel capital, cuyas obras está previsto que finalicen este verano.


Los médicos piden paciencia

Mientras se prolongan los trabajos para abrir la sala de triaje, los facultativos explican a los pacientes en qué consisten las obras y les piden "paciencia" para soportar las molestias, según explicó Fernando Galve. Aunque la zona que se está reformando ha sido aislada para que los ruidos y el polvo no lleguen al resto de la unidad de Urgencias, las tareas de redistribución del espacio son visibles y han obligado a la realización de algunos cambios.


"Las cosas no se hacen en un abrir y cerrar de ojos. Todo lleva su tiempo y quizá estas obras provoquen que se alargen un poco más las esperas de los pacientes. Ellos deben comprenderlo", señaló Galve. El facultativo añadió que, por parte de los médicos, las molestias que lleva aparejadas una redistribución de espacios como la que se realiza en el Obispo Polanco se están tomando "con mucho estoicismo".


Con la nueva sala de triaje, el Obispo Polanco se adapta al plan funcional del Salud para los centros sanitarios aragoneses. Hasta ahora, en el hospital de Teruel era un médico, sin más medios materiales que un despacho, quien clasificaba a los enfermos por su gravedad. Su operatividad dependía, además, de la saturación del servicio de Urgencias.