Los Chachos cumplen con el ritual

Comienza la cuenta atrás para que los peñistas Diego Sánchez y Alfonso Muñoz coloquen el pañuelo al Torico, el acto que desata la euforia de miles de personas.

Alfonso Muñoz y Diego Sánchez, junto al Torico al que anudarán hoy el pañuelo.
Alfonso Muñoz y Diego Sánchez, junto al Torico al que anudarán hoy el pañuelo.
Antonio García/Bykofoto

Diego Sánchez y Alfonso Muñoz cuentan los minutos que faltan para que su imagen escalando la columna que soporta al Torico sea el centro de atención de miles de personas y se convierta en la foto más mediática de Aragón. No faltan nervios, según reconoce Diego, un joven de 27 años, que junto a Alfonso, de 47, emularán este sábado por la tarde la hazaña de un vaquillero anónimo de su peña, Los Chachos, cuando en los años sesenta del siglo pasado tuvo la ocurrencia de encaramarse al pilar que preside la plaza más céntrica de la ciudad y anudar al Torico el pañuelo rojo típico de las fiestas de Teruel.

Este acto espontáneo, que se convirtió en 1982 en el particular chupinazo de la Vaquilla y en un elemento peculiar y sin parangón, se repetirá de nuevo este sábado para dar comienzo a los tres días del jolgorio más intenso de la ciudad.

Justo a las 16.30, en el momento en el que la plaza del Torico bulla de alegría, estos peñistas de Los Chachos subirán con la prenda roja anudada a la muñeca de Alfonso hasta el pequeño astado. "Luego –explica Diego–, los dos ataremos el pañuelo al toro, tomando cada uno una esquina del mismo".

Hace un tiempo que este acto, el principal de la Vaquilla, es protagonizado por varias personas. Diego Sánchez argumenta que se trata de "algo que solo se vive una vez, así que, cuanta más gente pueda disfrutarlo, mejor". De hecho, ellos colocarán la tela roja, y Cristina Muñoz y Nora Rodríguez, de la misma peña, se encargarán de retirarla la noche del lunes, cuando las luces festivas de la ciudad se apaguen hasta el año que viene.

Las veinte peñas turolenses, que por riguroso orden se encomiendan a esta misión cada año, utilizan diversos procedimientos para seleccionar a los privilegiados. En el caso de los Chachos, se pidieron voluntarios, sometidos después a una votación asamblearia. A Toni Rodríguez, el más veterano de la agrupación peñista y el que contaba con más papeletas, le ilusionó más trasladar el pañuelo desde el Ayuntamiento hasta la plaza y depositarlo en manos de Diego y Alfonso, un acto que también está rodeado de una peculiar ceremonia ritual.

Diego Sánchez, que lleva la Vaquilla corriendo por sus venas desde "antes de nacer", sostiene que se pondrá nervioso, "seguro". Afirma que durante los ensayos, todos –incluidos los que participan como castillos humanos sujetando a los protagonistas– temblaban de emoción. Alfonso Muñoz reconoce que lleva "flotando" más de un mes. "Cuando supe que iba a poner el pañuelo sentí una alegría inmensa", confiesa. "Es como si fuera mi última oportunidad para agarrarme al carro", admite. Tras 38 años de convivencia festiva con los Chachos, llegó a pensar que se le escapaba la oportunidad. "Era ahora o nunca", concluye.

Diego es el más joven de la directiva de la peña y, por su entrega a esta fiesta, parecer llevar la Vaquilla en su ADN. "Yo siempre digo que soy vaquillero desde antes de nacer", comenta. "Porque mis padres ya me guardaban los escudos de las casacas con anterioridad a que hubiera venido al mundo". Como anécdota cuenta que tiene 27 años y en su ropa vaquillera lucen 28 escudos de los Chachos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión