El emblemático Aragosaurus, el primer dinosaurio descrito en España a través de fósiles localizados en Galve, vivió en un clima subtropical, en un ambiente de influencia marina y rodeado de una exuberante vegetación. Los paleontólogos de la Fundación Dinópolis han podido describir con gran exactitud el ecosistema en el que habitó este ejemplar –cuyo descubrimiento en 1987 marcó un hito en la historia de la paleontología mundial– a través del estudio de restos botánicos fosilizados.

Concretamente, se han analizado más de mil muestras de grano de polen y esporas, además de setecientas hojas de plantas impresas en las rocas, la mayoría pertenecientes a helechos de gran tamaño; de porte arbóreo, lo que resulta una novedad dentro de los estudios realizados a partir de los hallazgos de Galve.

El trabajo, en el que han colaborado expertos en paleobotánica de las universidades de Vigo (Pontevedra), la Autónoma de México y Chuo de Japón, se basa en los análisis de los fósiles encontrados en el yacimiento de Las Zabacheras, en una excavación que los paleontólogos de Dinópolis realizaron en los años 2014 y 2015. Entonces extrajeron de este importante enclave nuevos huesos del Aragosaurus, huellas de dinosaurio, bivalvos y plantas. De todos ellos, tan solo se han analizado estas últimas, en un trabajo que acaba de ser publicado en una revista internacional especializada en esta materia.

El paleontólogo de la Fundación Dinópolis Rafael Royo destacó la importancia de esta nueva investigación que ha posibilitado reconstruir con "gran precisión" el ambiente en el que vivió el dinosaurio de Galve debido a que las muestras de polen se han extraído de la "misma capa" del estrato en el que se localizó la osamenta del espécimen. Las hojas de helecho se hallaban en un nivel ligeramente superior a esta. "Eso nos ha permitido constatar que el Aragosaurus vivió hace 145 millones de años", aclaró Royo.

Clima subtropical

Estudios anteriores ya situaban a Galve en la época del Cretácico en un hábitat cercano a la costa del mar de Tetis. Pero ahora, los análisis del polen y las plantas han facilitado una mayor aproximación al ecosistema real en el que se desenvolvió el simbólico dinosaurio, un ejemplar que podría haber alcanzado 18 metros de longitud y 20 toneladas de peso.

Rafael Royo explicó que la paleobotánica ha permitido profundizar en detalles hasta ahora inexplorados, como la temperatura media del ecosistema de Galve hace 145 millones de años, similar a la de un clima subtropical actual. El estudio revela, igualmente, la gran variedad de helechos de diversos tamaños, con predominio de los de gran porte, que crecían en esa zona. "Era un vergel de plantas sin flores, ya que en esa época empezaban a surgir", indicó el paleontólogo de Dinópolis. "De hecho –agregó–, no hemos encontrado nunca especies con flor".

Este es el tercer estudio en el que Dinópolis utiliza técnicas de paleobotánica para profundizar en el conocimiento de hábitats prehistóricos. Dos se han centrado en yacimientos de Galve y un tercero, en el registro de la mina Santa María de Ariño.

Royo resaltó el interés que el yacimiento de Las Zabacheras tiene para la ciencia, que sigue aportando treinta años después de aparecer el Aragosaurus "información relevante con nuevos restos de diversa índole". Los huesos fosilizados de otro ejemplar de esta especie localizados hace cuatro años en ese mismo lugar serán objeto de un estudio por parte de Dinópolis. Quedan pendientes, igualmente, trabajos relacionados con las huellas de dinosaurios y los restos de bivalvos aparecidos en las últimas excavaciones.