MARCELINO IGLESIAS, EN TERUEL

Sin calor ciudadano en una mañana fría

Nada más llegar a Teruel, una montonera de periodistas se abalanzó sobre Iglesias en busca de su primera reacción pública al nombramiento como número tres del PSOE.

Arrufat, Iglesias, Pérez y Velasco, en una vacía plaza del Torico.
Sin calor ciudadano en una mañana fría
A. G.

A primera hora de la fría mañana de ayer, la monumental puerta del Museo Provincial de Teruel, donde se inauguraban unas jornadas sobre el azote de la despoblación, era un hervidero de políticos que comentaban el estallido de la crisis de Gobierno y sus consecuencias, en especial, el nombramiento del presidente aragonés, Marcelino Iglesias, como secretario de Organización del PSOE. Los correligionarios de Iglesias destacaban al unísono, como si se hubieran puesto de acuerdo, el talante dialogante, calmado y de consenso que el presidente de la DGA ha aplicado tanto en el Gobierno de Aragón, como en su relación con sus socios del PAR, como dentro del propio PSOE.

Nada más llegar a Teruel, una montonera de periodistas se abalanzó sobre Iglesias en busca de su primera reacción pública al nombramiento como número tres del PSOE. No quiso contestar. Desde su entorno se limitaron a señalar que "las declaraciones, en Platea", la segunda parada en la visita de Iglesias a la capital turolense, que terminó con más premura de la prevista debido al terremoto político que sacude a la clase política.

Tras pronunciar un breve, y socorrido, discurso sobre despoblación en el Museo Provincial, Marcelino Iglesias dio un pequeño paseo por las todavía frías y desiertas calles de la ciudad hasta la plaza del Torico para tomarse un café y entrar en calor tras una de las primeras heladas del otoño. Le acompañaron sus fieles. El todavía consejero de Presidencia -su relevo por Eva Almunia parece inminente-, Javier Velasco, el presidente de la DPT, Antonio Arrufat, y la candidata a la Alcaldía de Teruel, Mayte Pérez. Mientras, discretamente, los cargos públicos del PAR se descolgaban del grupo.

Mayte Pérez, en un gesto de felicitación y afecto, cogía del hombro al presidente. Marcelino Iglesias respondía a la carantoña asegurando que su incorporación a la cúpula del PSOE no se había concretado "hasta las doce de la noche de ayer -por el martes-". Pérez había declarado momentos antes a los medios de comunicación que Iglesias "trasladará al ámbito nacional su talante dialogante". Un veterano militante no se llamaba a engaño y achacaba este movimiento político a la urgente necesidad de "mover ficha, porque las encuestas electorales auguran muy malos resultados".

Después del café en una céntrica cafetería, la comitiva partió rauda hacia Platea para que Iglesias presidiera la inauguración de la fábrica metalúrgica Sendín, el buque insignia de la plataforma industrial turolense. El recorrido callejero en el que el presidente de la DGA se estrenó como secretario de Organización 'in pectore' pasó sin pena ni gloria. Hacía mucho frío y, además, Marcelino Iglesias presume de frialdad.