JUAN ANTONIO BOLEA FORADADA

"La política se ha profesionalizado y los brillantes ya no tienen entrada"

Ve Aragón "espléndido", aunque dice que casi todos los temas pendientes son los mismos que cuando dirigía los primeros pasos de la DGA.

Juan Antonio Bolea, en el salón de su casa en Zaragoza.
"La política se ha profesionalizado y los brillantes ya no tienen entrada"
OLIVER DUCH

El primer presidente preautonómico de la Diputación General de Aragón, Juan Antonio Bolea Foradada (1978-1981), anda estos días más revolucionado de lo habitual. Retirado desde hace tiempo y con 80 años, Bolea se ha encontrado de repente con el nombramiento de Hijo Adoptivo de Zaragoza, una distinción que ha devuelto a este ilustre ayerbense a la actualidad. Desde el salón de su casa, en el que estuvo Josep Tarradellas, cita a Paco Fernández Ordóñez, a Suárez... recordando una época en la que casi todo estaba por hacer.

¿Cómo ve el Aragón de hoy desde la perspectiva de haber sido el primer presidente preautonómico (1978-1981)?

Lo veo espléndido. Ha dado un cambiazo que los que no tienen recuerdo de lo que ocurría entonces... no se lo pueden ni imaginar. Lo que ahora ven les parece natural, pero el cambio en todos los aspectos ha sido tremendo.

Tal vez haya que explicar cómo llegó un magistrado en excedencia a presidente preautonómico.

Cataluña y el País Vasco forzaron el reconocimiento de su personalidad y lo lograron antes de aprobarse la Constitución. Fueron los auténticos motores del Estado de las Autonomías, esto hay que decirlo así de claro. Los aragoneses estábamos entonces debatiendo la Constitución y se constituyó una comisión de seis aragoneses, de la que formé parte, pidiendo la autonomía. Logramos del Gobierno central, en marzo de 1978, que se nos reconociese lo mismo que se aplicó a Cataluña y al País Vasco. Los diputados y senadores nos constituímos en asamblea en Calatayud en abril y salió mi nombre. No sé por qué me eligieron a mí, pero lo agradecí. Me costó aceptarlo porque partíamos de cero y la responsabilidad era muy importante, pero me animaron porque era especialista en lo contencioso-administrativo y conocía la Administración. Lo acepté y aquí estoy. Ahora no me arrepiento.

Usted era de UCD pero votó en contra de la vía lenta de la autonomía, acabó renunciando y luego se afilió al PAR. ¿Cómo vivió aquello?

Presenté la renuncia a la vista del sistema que se preveía para llegar a la autonomía. Teníamos la absoluta fuerza y convicción de que si alguien tenía derecho para caminar por la vía rápida era Aragón. Vi que aquello no prosperaba. UCD pactó con el PSOE que íbamos por el artículo 143. También me opuse al minitrasvase a Tarragona y rompí la disciplina de voto en el Senado. Pensé que no era yo el indicado para aprobar un Estatuto, que luego se retrasaría mucho, que nos llevara por el 143.

Sorprende que no haya tenido más protagonismo en la vida política aragonesa desde entonces.

Presentada la renuncia, volví a mi trabajo pero me llamó Hipólito Gómez de las Roces, con el que siempre había tenido una buena amistad. Y la verdad es que me convenció. Fui portavoz en las Cortes de Aragón por el PAR, pero ya no quise tener más responsabilidades. Creo que ya había cumplido mi misión. Sin que sea comparable, como Tarradellas cumplió su misión en Cataluña.

Últimamente se pone en cuestión el modelo autonómico. Algunas voces hablan de devolver competencias al Estado. ¿Qué opina?

A mí por ese camino no me encontrarán ni creo que encuentren a ningún aragonés que quiera a su tierra. El centralismo para Aragón supuso una losa. En lo años anteriores a nuestra democracia, Aragón estaba absolutamente olvidado. Si un ejemplo son las carreteras, lo de Aragón no es que fuera tercermundista, es que era absolutamente vergonzante.

En su primera entrevista en HERALDO como presidente decía que no iba a haber duplicidades entre la Administración estatal y la autonómica. Sin embargo, ¿no hay demasiados funcionarios?

Yo creo que en los ministerios sobran funcionarios porque hay materias como el urbanismo o la cultura que son competencia de las comunidades. Y pregunto: ¿sobran en Aragón? Hay que analizar departamento por departamento, pero lo que no se puede hacer es criticar por criticar. Hay que decir dónde sobran.

Su mandato está marcado por la manifestación del 23 de abril de 1978. ¿Sería posible hoy en Aragón una movilización así?

Lo que pasa es que para que haya una manifestación importante tiene que haber un estímulo. En este momento, Aragón está lo suficientemente satisfecho para que eso no haga falta. Si por ejemplo se amenazara con la desaparición de la autonomía, yo creo que saldríamos todos a la calle. Hoy por hoy la mejor manifestación es la de que no nos manifestamos.

El agua sigue siendo un asunto central e inevitable. ¿Cómo ve el futuro en esta materia, de la que usted es un experto?

Casi todos los temas son los mismos que cuando yo era presidente. Nuestro primer consejo fue para definir la bandera y el Día de Aragón, que aquello salió redondo. Ahí está San Jorge corriendo con su caballo con la alegría de los aragoneses. Luego pedimos que las parroquias aragonesas dependieran de diócesis de Aragón y se consiguió y ya pedimos la devolución de los bienes de la diócesis de Barbastro. Y en los temas del agua pasa lo mismo. Logramos la creación de la Comisión Mixta de Regadíos de Aragón, donde conseguimos acuerdos tan importantes como el abrazo de Tardienta y otros, pero hay muchos flecos importantes que siguen pendientes. Yo creo que se terminarán.

¿Y la amenaza del trasvase?

Creo que el trasvase es ya inviable. Ha habido bastantes intentonas. Ha fracasado la del PSOE y la más reciente del PP, incluso con ley aprobada. Y fracasará cualquier otra. Yo que he vivido todo esto veo además que ha habido muchas inconsecuencias, el primer trasvase que se intentó viviendo Franco iba todo a Cataluña y ni Valencia ni Murcia ni Andalucía dijeron nada. Lo curioso es que todavía sigan empecinados algunos partidos. A mí me parece un disparate.

¿Ha descendido el nivel del debate político? ¿Son hoy peores los líderes políticos en relación con aquellos años?

La época inicial de la autonomía en Aragón fue muy brillante pero la política hoy se ha profesionalizado en todos los partidos. Los brillantes hoy no tienen entrada porque los que están ya están colocados y no dejan entrar a nadie.