GRANDES SUPERFICIES

Peligra la instalación en Fraga de la mayor tienda de Decathlon de España

La multinacional del deporte ha suspendido el contrato que tenía para abrir un comercio de 8.000 metros en la plataforma logística y habría puesto ahora su objetivo en Lérida

Las obras de la urbanización están a punto de concluir
Peligra la instalación en Fraga de la mayor tienda de Decathlon de España
HERALDO

La instalación de Decathlon en Fraga está pendiente de un hilo. La cadena francesa de ropa y material deportivo parece haberse echado atrás en su intención de abrir una gran superficie comercial en la plataforma logística de la localidad altoaragonesa. El contrato firmado en su día con una inmobiliaria aragonesa para alquilar una parcela de más de 40.000 metros cuadrados en PL Fraga está en suspenso desde el pasado mes de diciembre. ¿Las razones? La DGA no ha aprobado antes de que concluyera el año la modificación del proyecto supramunicipal necesaria para contemplar el uso comercial, y tampoco está disponible la licencia requerida. Ante esta situación, la firma habría decidido suspender el contrato rubricado en junio y parece haber puesto ahora los ojos en Lérida.


El Ayuntamiento, gobernado por el popular José Luis Moret, dice estar en ascuas y desconoce, a día de hoy, en qué punto se encuentra el proyecto. Pese a ello, el pasado mes de diciembre, y sin tener noticias claras de la cadena de tiendas, el Consistorio aprobó en pleno el primer trámite administrativo para facilitar la implantación de la multinacional en la localidad. Por su parte, Suelo y Vivienda inició a mediados de diciembre, apremiado por las noticias negativas, la modificación del proyecto. Este periódico intentó, en varias ocasiones, conocer la versión de la multinacional, pero fue imposible.


La cadena de ropa deportiva había firmado un contrato de alquiler con una inmobiliaria zaragozana el pasado mes de junio para arrendar durante 25 años una parcela de 40.128 metros cuadrados. En ella, se iba a instalar una superficie comercial de cerca de 8.000 metros, ampliable en un futuro en otros 2.000 metros más. La gran novedad del proyecto radicaba en que, en el exterior, además de una zona de aparcamientos, la firma tenía previsto habilitar canchas para la práctica de diferentes deportes (pistas de minigolf, pádel, tenis, baloncesto o fútbol), así como espacios de ocio.


La inversión prevista superaba los diez millones de euros, entre el precio estimado de la parcela y el presupuesto de la construcción propiamente dicha de la tienda. Antes de las dificultades surgidas, se calculaba que el establecimiento podría estar abierto al público a lo largo del segundo semestre de 2010. Los puestos de trabajo creados superarían los 40 empleos.


Pero la importancia derivada de la instalación de Decathlon en la localidad iba más ella de esa cifra. La firma francesa serviría además de reclamo para el parque comercial de otros 8.000 metros cuadrados que está previsto crear en otra parcela anexa. Hasta el momento, empresas especializadas en bricolaje como Leroy Merlin o Aki; alimentación, -Eroski o Lidl-; ropa y calzado -Kiabi y Merkal-; automóviles y talleres –Norauto-; la cadena de mobiliario Rey o la líder en cerámicas Porcelanosa habían mostrado su interés por implantarse en la localidad.

La intención era incorporar también al proyecto pequeños establecimientos y locales de restauración y ocio. Según los estudios de mercado, además del público local el parque comercial iba a atraer también importantes flujos de visitantes y potenciales clientes de la cercana Lérida. No en vano, apenas treinta kilómetros separan a ambas localidades. Además, Lérida es la única provincia catalana que no tiene un establecimiento de la firma francesa de ropa deportiva.


La posible marcha atrás de la cadena es de ida y vuelta. No en vano, la intención inicial de Decathlon era instalarse en Lérida. Allí tenía una licencia concedida para construir una superficie de unos 3.000 metros cuadrados, pero su deseo era llegar hasta los 10.000. En primavera, saltó la noticia sobre su posible marcha a Fraga y las instituciones leridanas aseguraban entonces que se seguía negociando con la cadena, a pesar de que el plan de equipamientos comerciales catalán, que estará vigente hasta finales de 2010, impide la instalación de establecimientos de tanto tamaño.


Al parecer, las tornas han cambiado ahora y serían las conversaciones establecidas desde las Administraciones catalanas las que habrían conseguido que el proyecto se quede en Lérida, en contra de las expectativas generadas en Fraga.