INFRAESTRUCTURAS EN ARAGÓN

Ningún plazo fijado en cumbres bilaterales para el Canfranc y la TCP se ha cumplido

Francia y España anunciaron oficialmente la reapertura para 2006 y, después de enterrar el proyecto, llevan prometiendo los mismos estudios para la Travesía Central desde 2004

Confiar en el cumplimiento de los acuerdos emanados de una cumbre hispanofrancesa sobre los proyectos de permeabilización transpirenaica por Aragón es una cuestión de fe, un salto en el vacío sin asidero tangible que lo respalde. Un repaso a las promesas, previsiones y plazos establecidos en los encuentros bilaterales para la reapertura del Canfranc y la Travesía Central Pirenaica (TCP) aporta múltiples datos para una incredulidad que comparten todos los partidos políticos aragoneses a excepción del PSOE.


El peor de todos los antecedentes, y en el que acumula más responsabilidad Francia pero donde también la comparten España y el Gobierno aragonés, es el de la reapertura del Canfranc. Después de décadas de presión social en Aragón y Aquitania, los dos Estados se comprometieron a restablecer el histórico paso en las cumbres de Santander y Perpiñán (años 2000 y 2001). El plazo oficial para culminar el proyecto era 2006 y para lograr ese hito se fijaban una serie de mejoras paulatinas en los corredores ferroviarios correspondientes.


En España, el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, sí cumplió con su parte del acuerdo llevando la línea de ancho internacional hasta la capital oscense y encargando los proyectos para la reforma integral de la línea hasta Canfranc, incluida la renovación del túnel. Sin embargo, el cambio de gobierno en marzo de 2004 cambió todos los planes, ya que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, a pesar de la presencia de Víctor Morlán como secretario de Estado de Infraestructuras, abandonó esa planificación con la anuencia nunca reconocida de la DGA.


En Francia, el incumplimiento con el Canfranc había comenzado un año antes, con la caída del Gobierno socialista de Jospin. Fue en la cumbre bilateral de Zaragoza donde se oficializó ese relegamiento al rebajar la categoría de la reapertura a interés regional. A cambio, por primera vez se hablaba de la Travesía Central. El presidente francés Jacques Chirac dijo que era "necesaria" y "de gran interés para ambos países" y los dos países acordaron incluirla en sus planificaciones estratégicas e iniciar en 2005 el estudio de posibles trazados.


Las fuertes críticas en Aragón por el abandono de la reapertura del Canfranc hicieron que en la cumbre de Barcelona, en octubre de 2005, se anunciase la creación de un grupo de trabajo a cuatro bandas (España, Francia, Aragón y Aquitania) para retomar el proyecto. En julio de 2006, fuentes oficiales de la DGA aseguraban que ese otoño se celebraría "la primera reunión" de ese grupo de trabajo". Sin embargo, llegó noviembre y la cumbre de Gerona, donde se reiteró la oferta para constituirlo. Unos días después, era el entonces consejero de Obras Públicas Javier Velasco quien decía que las reuniones empezarían en diciembre.


Pero no fue así, y el senador José María Mur le preguntó a la ministra Magdalena Alvárez por la cuestión el 20 de diciembre de ese año. Su respuesta, que consta en el diario de sesiones de la Cámara Alta, fue que el grupo sobre el Canfranc "ya ha comenzado sus trabajos". Sin embargo, en la cumbre de París de este jueves se volvió a repetir la oferta de crear ese mismo ente y se puso como fecha el próximo día 16. ¿Será esta vez la buena?


Una travesía de estudios


Lo que en 2004 parecía la gran recompensa por el sacrificio del Canfranc, la TCP, pronto empezó a sufrir una deriva similar a la de la reapertura. En 2005, España introdujo la primera partida presupuestaria para el proyecto en coherencia con lo dicho en Zaragoza, pero Francia no correspondió y, además, no incluyó la TCP en sus planes y mapas de desarrollo ferroviario.


La DGA, en colaboración con Morlán, presionó con fuerza ante esas informaciones para hacer valer el acuerdo y en la cumbre de Barcelona (octubre de 2005) se decidió de manera imprecisa, y siempre fuera de los documentos de mayor compromiso que firman los jefes de Estado, hacer "estudios territoriales y ambientales" con previsión de acabarlos en 2008.


La promesa de estudiar los posibles trazados en 2005 se trasladó a 2006 y se condicionó a un estudio funcional sobre el reparto del tráfico de mercancías en los Pirineos que se licitaría antes de la conclusión de 2005. Finalmente, Fomento lo licitó en mayo de 2006, con el título de "Flujos de transporte de mercancías a través de los Pirineos. Modelo de reparto modal y asignación. Encaje funcional de la nueva conexión ferroviaria transpirenaica de alta capacidad" y un plazo de ejecución de un año. En enero de 2007 lo adjudicó a la empresa Estudios, Proyectos y Planificación.


En la cumbre de Gerona (noviembre de 2006), el único avance fue el anuncio de que los dos Estados solicitarían a la Unión Europea financiación para los reiterados estudios territoriales y ambientales. La Comisión Europea ha aceptado la petición recientemente al conceder cinco millones de euros con esa finalidad.


El último punto de este tránsito internacional se produjo el jueves. El resultado: los estudios de trazado que se iban a iniciar en 2005 se prometen para junio de 2008 y la evaluación ambiental, que iba a estar en 2008 pasa a tener 2013 como fecha de finalización. De momento, solo retrasos.