UN TRAMO MUY PELIGROSO

"Mientras duren las obras de la N-II, deberían liberar el peaje de la autopista"

Además de los accidentes con víctimas, en el tramo Alfajarín-Fraga hay un goteo constante de percances en los que se ronda la tragedia: los dos últimos se produjeron el miércoles

El camión que el miércoles estuvo a punto de perder una bobina de 12 toneladas, ayer, en Peñalba.
"Mientras duren las obras de la N-II, deberían liberar el peaje de la autopista"
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peñalba. Tres accidentes en tres días se han saldado con un muerto, dos heridos graves y dos leves, pero el balance podía haber sido todavía peor. El pasado miércoles, hacia la 19.00, un tráiler que circulaba por la N-II a su paso por Peñalba tuvo que frenar en seco a la altura del casco urbano, frente al restaurante El Trigal. Aunque no chocó contra nada ni nadie, la inercia hizo que la carga se soltara y una bobina metálica de 12 toneladas se desplazó hacia la cabina del conductor aplastando parte de la estructura.

"Tuve que dar un frenazo porque el camión de delante también frenó -explicaba ayer Giani Nichita, el transportista, mientras trataba de desincrustarla con ayuda de una grúa-. Noté un golpe muy grande y me di cuenta de que era la carga, pero pude salir de la carretera y parar en esta explanada".

Ese mismo día, apenas unas horas antes, otro tráiler de la misma compañía de transportes había sufrido el mismo problema y tuvo que ser ayudado justo en ese punto por los operarios de una obra cercana. "Vimos llegar un camión con la carga desplazada hacia uno de los costados y tuvimos que utilizar la excavadora para devolverla a su sitio. Después siguió la marcha", contaban dos de esos obreros, Ramón Laga Eroles y José Ángel Gairín Burro.

Son solo dos ejemplos de los peligros que entraña el colapso del tramo Alfajarín-Fraga de la N-II, la única carretera nacional de todo el país que aún no está totalmente desdoblada. Si la enorme bobina o la carga del otro camión hubiesen caído a la calzada, podía haberse producido otra tragedia, pero estos percances son tan habituales que los vecinos de la zona casi ni los tienen en cuenta.

"Eso son incidentes, y suceden casi a diario -comenta el alcalde de Peñalba, Carlos Lerín-. Lo malo es que en la N-II hay tanto tráfico que cualquier problema añadido multiplica el riesgo por mil".

En los últimos meses, el 'problema añadido' están siendo las obras para renovar el pavimento de la vía entre Fraga y el límite provincial con Zaragoza. La empresa encargada de los trabajos está trabajando a tres turnos para reducir las afecciones, pero un día sí y otro también hay cortes alternativos de carril que producen colas interminables.

"Lo de esta carretera es una vergüenza. De normal es una locura, así que con las obras... -ratifica Asier Apezteguia Petrirena-. La calzada no es mala, pero hay demasiado tráfico pesado y también mucho loco al volante". Este transportista navarro pasa por la N-II cuatro veces por semana, y desde que entraron en vigor los descuentos par a turismos en la autopista AP-2 no ha notado "ninguna mejora".

"Mientras no puedan beneficiarse los camiones, ese tipo de medidas no servirán para nada -critica el primer edil peñalbino-. El desdoblamiento no va a llegar hasta dentro de varios años, así que mientras tanto deberían tomar otras medidas como liberar el peaje de la autopista mientras duren las obras de pavimentación de la nacional".

Ayer, tal vez que por el impacto que causaron los tres accidentes en tres días, lo trabajos de asfaltado estaban parados y no había cortes de tráfico. La Guardia Civil pasaba cada pocos minutos en una y otra dirección, pero eso no evitaba que siguiera habiendo un goteo de adelantamientos temerarios, vehículos literalmente pegados al de delante, coches y camiones echándose las largas, bocinazos...

"El problema es que aquí todo el mundo va al límite, y eso es culpa de todos -sentencia Carlos Lerín-. En el tramo Fraga-Pina no ha habido alegaciones al estudio informativo, así que al menos deberían empezar las obras en esta parte".