ENERGÍA NUCLEAR

María Teresa Esteban Bolea: «Aragón tiene territorio, electricidad y agua, así que tiene mucho que decir»

Esta oscense, ex presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, valora los efectos de Fukushima, se posiciona sobre el futuro energético y el carbón y analiza la situación actual de Aragón.

¿España podría vivir sin centrales nucleares?

Sí. En el mundo hay más de 180 países, de estos 31 tienen centrales y 150 no tienen. En España podríamos vivir sin nucleares, pero tendríamos grandes problemas.

¿Qué problemas? ¿No se podría vivir de la misma manera?

Italia no tiene nucleares y está desarrollado, aunque es el país con la electricidad más cara de Europa, seguramente del mundo industrializado. Si España renunciase a tener energía nuclear, el precio de la electricidad subiría mucho, por lo que el país se empobrecería y muchas empresas se deslocalizarían. La industria del aluminio, del cinc, del acero... todas se irían.

¿Considera que General Motors aguantaría en Figueruelas?

No, se deslocalizaría. Hay otros países donde se produce ya más barato y la diferencia en los costes sería aún mayor.

Pero en estos momentos la energía nuclear está muy cuestionada, ¿quizá se está viviendo ya una fase más de cerrar centrales nucleares que de abrirlas?

¿Quién ha dicho que se cierran centrales nucleares? Se cerró Zorita, pero por razones políticas.

Garoña ya tiene fecha de cierre.

Está previsto para el 2013, pero no se cerrará. Funciona extraordinariamente bien. En el mundo funcionan actualmente 442 reactores. Garoña está entre los diez primeros del mundo en comportamiento y rendimiento.

¿Considera que lo sucedido en Japón no va a conllevar, entonces, una ruptura con lo nuclear?

Ha sido un accidente muy grave, pero eso no significa que las nucleares vayan hacia atrás. Lo que ha demostrado Fukushima es que las centrales nucleares aguantan en las peores condiciones. Lo que ha pasado ahí muestra que los japoneses son admirables, que debemos ser solidarios con ellos. Lo de Fukushima no ha sido un error humano, como sí fue en Harrisburg (Estados Unidos) en 1979 y en Chernobil (antigua URSS) en 1986. En Japón las centrales han resistido. En el momento del terremoto pararon los 14 reactores que estaban en la zona de influencia. El problema fue que el tsunami se adentró en tierra 5 km y hubo olas de 14 metros. Eso fue lo que tumbó la energía. Pero no ha habido ni un solo muerto en Fukushima por lo sucedido a la central nuclear.

No los ha habido ahora, pero con la radiación los habrá.

Está todo controladísimo. Hasta ahora ninguno está en un estado grave.

¿Las centrales nucleares españolas son seguras?

Tengo el pleno convencimiento. Si no lo fueran, el Consejo de Seguridad Nuclear no permitiría que la central que no lo fuese funcionase ni un minuto más. Además hay medidas redundantes. España no tiene tsunamis de 15 metros, ni estamos en ninguna falla, etc. Y solo tenemos una central nuclear en el mar, que es Vandellós, y está construida a 24 metros por encima del nivel del mar, así que habría resistido este tsunami. Sí hay que aprender muchas cosas del suceso en Japón. Han muerto por el terremoto y el tsunami 27.000 personas y lo primero que hay que reseñar es la dignidad y serenidad de los japoneses. En España de momento no necesitamos tomar decisiones porque nos sobra potencia. Ya veremos en el futuro qué hacemos.

¿Por qué no se cierra en España un pacto de Estado para la energía?

Al final se acabó el plazo que se había marcado y no ha habido acuerdo. Y es normal. Para que haya un pacto tienen que participar todas las partes. El PSOE había propuesto un pacto cerrado, que era o cogerlo o dejarlo. Lo que proponían era disparatado, así que era de sentido común que no saliese.

En Aragón al menos tenemos carbón.

Poco carbón y de muy poca calidad. No obstante, como nuestra disponibilidad de recursos es tan escasa, habrá que utilizar lo que tengamos. Y quiero decir que fui yo la que, en los años 60, preparó en el Ministerio de Industria y Energía la autorización para la central térmica de Andorra.

¿Compensa subvencionar estas industrias, aunque estén lejos de ser rentables?

Subvencionar nunca puede ser rentable.

Si se quiere mantener a la población en esa zona quizá no hay otra fórmula posible.

Desde luego la subvención no es el camino. Sí crear actividades que por sí mismas puedan ser sostenibles, que tengan futuro económico. El gran drama de España es que nos ha dado por subvencionar todo. Así no es rentable nada.

¿Y no es un fracaso de los políticos, que ante el temor a manifestaciones apuestan por subvencionar un área no rentable antes que buscar alternativas a largo plazo?

Yo fui política antes. Y tengo que decir que, cada vez más, los políticos ven a corto plazo. Hay elecciones cada cuatro años. Eso es lo que ven. Lo que temen son los votos. Y se equivocan, porque la gente vota coherencia. La gente no es tonta, y menos en Aragón. La gente en esta Comunidad está preparadísima. No se la engaña con facilidad, no se lo creen. Lo que quiero decir es que hay que tener una visión a largo plazo. Estas industrias intensivas en capital humano no se pueden planificar pensando solo en el año que viene.

¿Y qué se puede hacer? Hay comarcas casi enteras que viven de ese sector.

Una opción será mezclar carbón de importación con el que tenemos. O en vez del carbón, que se utilice biomasa con plantas de cogeneración. En los próximos 50 años, a pesar de las renovables que todos apoyamos, a pesar de la nuclear, lo que seguirá sosteniendo el sistema energético mundial serán los combustibles fósiles: el carbón, el petróleo y el gas. Más del 50% de la electricidad del mundo se genera con carbón. Pero un carbón que no tenga que ser subvencionado, de buena calidad. A las comarcas afectadas habría que prepararlas para que puedan vivir de otro sector. Por ejemplo de la agricultura. El futuro va a pasar por el agua y la agricultura. Lo que el mundo va a necesitar en el siglo XXI es alimentos. Por eso intentar hacer biocombustibles con maíz, soja, remolacha... es un disparate.

El pasado viernes se conoció que hay 115.000 parados en Aragón. ¿Qué necesita la Comunidad para crecer?

Necesita un crecimiento económico por encima del 3%, como necesita también España y el resto del mundo. Sin ese impulso no se pueden crear empleos. Se necesita apoyar a las pequeñas industrias y a los autónomos. Y España es un país industrial, digan lo que digan. Hace unos 20 años, la industria representaba casi un 30% del PIB. Después fue un 17% y ahora el 15,1%. Pero el 85% de las exportaciones de España son productos industriales. Es decir, que si queremos crear empleos en Aragón tenemos que potenciar la industria. Otro tema de futuro es la agricultura. Está clarísimo que el problema del futuro serán los alimentos.

La Universidad de Zaragoza ha apostado junto a otras del Valle del Ebro por especializarse en la investigación en agroindustria.

Es el futuro. Hoy el 40 % de todas las industrias son agrícolas. Aragón tiene territorio, agua y electricidad, así que tiene mucho que decir.

En 2008, la DGA aspiraba a llegar en poco tiempo a los 2 millones de habitantes. Nos estamos alejando de ese camino, ¿pero habría sido la solución para esta Comunidad?

Todo lo que sea crecer en población es sensato, pero no para estar subsidiada, sino para que trabaje. Sobre todo, la población joven. Y tenemos un emplazamiento geográfico que es el mejor de España.

Eso no paran de decirlo los políticos aragoneses, pero luego no se saca ningún provecho.

Quizá porque hay un ambiente más propicio para las industrias en otras comunidades, como Cataluña, Madrid o Valencia. Hay que pensar y promocionar. Habría que quitar el agobio fiscal a las microempresas, que aflore el empleo sumergido y ver el futuro en investigación. Quizá no lo era hace diez años, pero el futuro hoy en Aragón es potenciar la industria alimentaria y agroalimentaria.

Ahora hay elecciones y habrá cambio de presidente. ¿Daría algún consejo a Eva Almunia o a Luisa Fernanda Rudi?

Espero que gane Rudi, que es una mujer muy valiosa y muy trabajadora. En cualquier caso les pido que se tomen muy en serio el tema del empleo. Mientras no haya trabajo, la gente joven se seguirá marchando. Para crear empleo tienen que fomentar la actividad económica. Aragón no puede estar solo lleno de pensionistas. Tienen que fijar a la gente joven en Aragón. No es posible que se sigan yendo a otros países o a otras comunidades. Tienen que potenciar la actividad económica.

¿Usted apoya las energías renovables?

Por supuesto, son muy interesantes. En 1980, con UCD, era directora general de Medio Ambiente. Habíamos tenido las crisis del petróleo. Teníamos 8.000 megawatios que consumían fuel-oil. Las centrales estaban nuevas, pero aquello había que cambiarlo de inmediato. Hicimos la Ley de Conservación de la Energía, con la que dimos un tratamiento relevante a la cogeneración y a las energías renovables. Para lo primero ya había tecnología adecuada y la apoyamos mucho. Un ejemplo fue la industria de papel, como Saica en Zaragoza, que empezó entonces y ha hecho cosas muy interesantes. Y sin subvenciones, que es como una empresa crece. Las renovables también las incluimos, pero no pudimos apoyarlas mucho porque no había tecnología. Las renovables tienen su papel, pero hoy por hoy es muy limitado. Por los desarrollos tecnológicos y porque, para operar, las renovables necesitan un soporte de las energías convencionales. Seguramente el carbón será el gran soporte de las renovables.

¿Por qué?

Incluso tomando la energía eólica, que es la más avanzada de las renovables, opera como máximo unas 2.200 horas al año. Pero un año tiene 8.760 horas. ¿ Y qué hacemos las 6.500 horas restantes?, ¿Apagamos todo en un mundo que se basa en las electrotecnologías? Sin el apoyo del carbón, el gas y sobre todo la nuclear, que sostiene las redes de alta tensión, las renovables no tienen ningún futuro. Por eso, los que atacan otras energías para defender las renovables... que se lo estudien un poco.