REABIERTO EL CASO

Los militares reiteran ante Marlaska sus quejas por el estado de aviones como el Yak

Mascarillas usadas, puertas de emergencia bloqueadas o trenes de aterrizaje desgastados, entre las críticas

Los cinco militares que manifestaron a sus superiores directos sus quejas sobre el estado de los aviones ex soviéticos empleados por el Ejército ratificaron este lunes en la Audiencia Nacional sus quejas. Lo hicieron durante su comparecencia como testigos ante el juez Fernando Grande-Marlaska, en el marco de las investigaciones por la muerte de 62 españoles que viajaban a bordo del Yakovlev-42 cuando éste se estrelló en mayo de 2003. En concreto, los militares denunciaron mascarillas usadas, puertas de emergencia bloqueadas o trenes de aterrizaje desgastados.


Marlaska investiga la cadena de subcontrataciones que, con inicio en el Ministerio de Defensa, podría estar implicada en el accidente del 26 de mayo de 2003 en Trabzón, Turquía, cuando 62 militares regresaban de una misión en Afganistán. En el marco de estas pesquisas, por la mañana prestaron declaración el sargento Tomás Lidón, el teniente Coronel Jesús María Cirujano, el teniente coronel Manuel Godoy, el comandante Antonio Martínez y el Brigada Manuel Ramos, quienes desde meses antes y hasta un día después del suceso habían manifestado sus quejas a sus superiores directos.


Todos ellos se ratificaron en sus críticas, según fuentes jurídicas, por lo que si se juntan todas ellas se compone un mosaico de aviones con evidentes carencias. Así, según un informe de 2003 de Lidón referente a este tipo de aviones ex soviéticos, "los asientos eran una tabla", "la mascarilla de oxígeno daba la impresión de estar usada y sucia" y no se disponía de cinturones de seguridad. En este sentido, Cirujano informó en un informe de noviembre de 2002 de que las instrucciones sobre los horarios previstos de aterrizaje eran poco precisas y la carga del avión no iba bien colocada.


Según Godoy, en el avión en que viajo en mayo de 2003 "las puertas de emergencia estaban totalmente obstruidas por asientos y equipaje, la puerta de emergencia tenía fugas", la puerta trasera "no se podía abrir" al llegar a Afganistán. "Los asientos estaban rotos, se apoyaba el respaldo sobre las rodillas del pasajero", lamentó, al tiempo que también aludió a un tren de aterrizaje con "apariencia de deterioro y falta de mantenimiento".

Agua y unos golpes


Por su parte, el brigada Ramos relató como la tripulación rusa solventó una avería en la compuerta lateral de acceso con un trapo, un vaso de plástico, agua y unos golpes, mientras el comandante Martínez, que viajó en este tipo de transporte un día después del siniestro del Yak, adjuntó cinco fotografías que probaban el desgaste del tren de aterrizaje, el mal estado del interior del aparato y la deficiente colocación de la carga.


Estas declaraciones forman parte de las 45 comparecencias ordenadas por el magistrado a petición de las familias y que el próximo lunes llevará a estar sentado como testigo al ex jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán.