MONTAÑA

Los Juegos Olímpicos se sientan en la Mesa

Todo sigue pendiente en la Mesa de la Montaña, pero la candidatura Zaragoza-Pirineos para los Juegos de Invierno de 2022 ha enrarecido el clima del debate en el foro abierto para perfilar un modelo de desarrollo

Primera reunión de la Mesa de la Montaña el pasado mes de junio en el Pignatelli.
Los Juegos Olímpicos se sientan en la Mesa
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La Mesa de la Montaña busca una fórmula. En la práctica puede decirse que, después de quince reuniones, se ha agotado el debate acerca de las posiciones de cada una de las entidades que la conforman. Ante la falta de mayores compromisos, será la próxima semana cuando se concrete el resultado de todos estos meses de trabajo. Será un resumen de los debates, que actualmente pivotan sobre quince criterios que deberían inspirar cualquier modelo de desarrollo de la montaña. De fondo se mantiene una posible ley que correspondería a las Cortes de Aragón asumir en su momento.

 

La última convidada en la Mesa de la Montaña ha venido a desbaratar el espíritu que anima su propósito conciliador y participativo. Se trata de la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, una iniciativa de naturaleza política que despierta muchos recelos a pesar de que todavía se mueve en la indefinición.

 

La Mesa nació el pasado 14 de abril de 2009 en un encuentro en el que intervino el propio presidente aragonés, Marcelino Iglesias. Está formada por 13 miembros: representantes del Gobierno aragonés, de la Plataforma para la Defensa de las Montañas, de Adelpa, de la Federación Aragonesa de Municipios, de empresario y sindicatos, de la Federación Aragonesa de Montañismo y del Instituto Pirenaico de Ecología.

 

Tres objetivos principales

En esa reunión se definieron los objetivos: establecer un modelo de desarrollo, concretar el alcance y los contenidos de la Ley de la Montaña y explorar las posibilidades de acuerdo en conflictos concretos. Su primera reunión se celebró el 9 de junio y a partir de ahí lo que ha quedado de sus debates es un preámbulo y los quince puntos que son objeto de discusión. Lo que se busca ahora es una fórmula, un documento de compromiso en el que quepan matizaciones y críticas y que satisfaga a todas las partes. Y para facilitarlo se va a limitar a reflejar la participación, el trabajo compartido en los debates.

 

Todos los participantes reconocen que se ha recorrido un camino importante, aunque parece que la metodología, el debate en sí mismo, ha triunfado sobre el fondo a costa de resultados más ambiciosos. En cualquier caso se perfila un Mapa de la Nieve que sirva para ordenar adecuadamente todo el territorio y evite, por ejemplo, los sentimientos de agravio entre unos valles y otros.

 

Otros asuntos, como la cota a partir de la cual habría que condicionar con rigor las infraestructuras relacionadas con el esquí, se han atascado. La Plataforma para la Defensa de las Montañas asegura sostener criterios técnicos, que sitúan esa cota en los 1.700 metros en el Sistema Ibérico y en los 2.000 metros en el Pirineo.

 

Básicamente, la Plataforma esgrime el asunto del urbanismo en referencia a las estaciones de esquí, para que no se conviertan en "una mera excusa para construir urbanizaciones" y la protección ambiental concreta, como los dos puntos principales en los que mantienen dicrepancias.

 

La candidatura de los Juegos Olímpicos Zaragoza-Pirineos 2022 ha venido a enrarecer el clima. Paco Iturbe, representante de la Plataforma para la Defensa de las Montañas, rechaza cualquier proyecto en ese sentido en el Pirineo Sur. Asegura que es un problema de mera capacidad, de tamaño, algo "físico". Un criterio que ya ha sido reiteradamente expresado por el propio COI respecto a la candidatura de Jaca. "Se duda incluso de que exista una pista de descenso olímpico apropiada" , dice. La Plataforma demanda que el proyecto salga de una vez de la "nebulosa" en el que está instalado. Para Iturbe, "la candidatura no es real" y añade que "otra cosa es que aprovechando la candidatura se quiera aprovechar para proyectos de urbanización".

 

Nacho Celaya, director general de Participación Ciudadana, asume que "no debería ponerse encima ningún proyecto relacionado con los Juegos Olímpicos que, de partida y para empezar a explicar y debatir, no cumpliera todos los criterios que la Mesa plantea como imprescindibles".