Los forenses desmienten que las lesiones oculares de Mainar le impidieran ser el autor material del asesinato

En la jornada de hoy comparecieron los médicos forenses que realizaron la autopsia al cadáver, quienes explicaron que Grima murió por el impacto en el corazón de una de las nueve postas con que estaba cargado el cartucho de la escopeta que disparó el asesino. Además, el cuerpo tenía perforado el estómago y estaban lesionados el bazo, el hígado y un pulmón. Grima presentaba 15 heridas pequeñas que pudo haber sufrido cuando, una vez muerto, fue arrastrado hasta la cuneta.


Respecto de Santiago Mainar, los forenses desmintieron que las lesiones que presenta en los ojos le impidieran ser el autor material del asesinato. En aquellas fechas, Mainar estaba repuesto de una operación de cataratas en un ojo y tenía pendiente operarse de lo mismo en el otro ojo, pero su agudeza visual era buena.


Los forenses indicaron que Santiago Mainar padecía una "disminución" en su capacidad visual, pero pudo haber disparado y acertado. Por otra parte, los guardias civiles que inspeccionaron el vehículo, después de que apareciera en una pista forestal de Berdún, explicaron que se hallaba alejado de la zona más cercana por donde suele pasar la gente.


También esta mañana comparecieron ante la Audiencia de Huesca, por videoconferencia, expertos del Instituto Nacional de Toxicología, quienes indicaron que el cartucho de la escopeta con la que Grima fue asesinado tenía nueve postas y fue disparado a una distancia de siete metros, aunque puede haber un margen de error.


Asimismo, precisaron que el hecho de que una persona dé positivo en la prueba de la parafina no significa siempre que haya disparado un arma recientemente.