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Los esquiadores dejaron 56,6 millones de euros en Aragón las pasadas navidades

El gasto en forfaits supone el 20%. Por cada euro en pases se dedican otros cuatro a turismo y ocio en los valles.

Un grupo de esquiadores se toma un respiro en la zona del Molino de Cerler
Los esquiadores dejaron 56,6 millones de euros en Aragón las pasadas navidades
ÁNGEL SAHÚN

La Navidad histórica vivida por las estaciones de esquí de la comunidad, por las que han pasado cerca de 400.000 esquiadores, también tiene su innegable impacto socioeconómico en las comarcas pirenaicas y turolenses.


Los amantes del deporte blanco dejaron estas pasadas fiestas en los valles en los que funcionan los centros invernales alrededor de 56,6 millones de euros, de los que únicamente el 20% del gasto total generado corresponde a la compra de forfaits. De cada euro gastado en paseos o abonos se destinan otros cuatro euros adicionales a prestaciones y establecimientos de las poblaciones del entorno.


Además, se estima que unas 13.000 personas han trabado en las zonas de influencia de estas instalaciones deportivas durante estas fechas, ocupadas en puestos derivados de la presencia allí de los aficionados, desde las propias pistas y remontes hasta restaurantes, alojamientos y comercios.


La repercusión derivada de la práctica de este deporte ha sido valorada en un informe elaborado por el servicio de estudios de la entidad Ibercaja tomando como referencia los cálculos efectuados por el Grupo Ecas en la investigación 'El trabajo de montaña: Efectos económicos y territoriales', editado por el grupo Aramón (Montañas de Aragón), en 2005. De acuerdo con los datos de afluencia que manejan las estaciones de esquí, en el período comprendido entre el 20 de diciembre de 2008 y el 6 de enero de 2009, unos 360.000 usuarios pasaron por los cincos complejos del Pirineo oscense (Formigal, Cerler, Panticosa, Astún y Candanchú) y 40.000 por las dos instalaciones que abren sus puertas en la provincia de Teruel (Javalambre y Valdelinares).


El gasto medio total efectuado por los esquiadores se cifra en 147 euros por persona en el Pirineo y 92 euros en el Sistema Ibérico. Este consumo incluye tanto el desembolso que el visitante lleva a cabo para adquirir el abono y disfrutar de otros servicios en la zona (gasto directo), como el efecto multiplicador derivado de los desembolsos en que incurren quienes trabajan en los distintos servicios que se prestan a los turistas (gasto inducido).


En conjunto, el promedio ponderado de gastos por jornada de los esquiadores en la comunidad aragonesa se sitúa en 141,4 euros. Entre el dinero que un aficionado al deporte blanco genera en el Pirineo oscense y en Teruel hay una importante diferencia de 55 euros. La razón estriba en buena medida, como indica el propio estudio, en que el desarrollo de la oferta complementario de ocio y servicios en las sierras turolenses es sensiblemente menor. Hay que tener en cuenta la dimensión más reducida y escasa antigüedad de sus instalaciones.


Para actualizar las cifras recogidas en el trabajo del Grupo Ecas en 2005, y actualizarlas a las pasadas navidades, se ha aplicado el IPC general de España para los últimos ejercicios. Por lo que respecta al gasto directo, los 400.000 esquiadores invirtieron en la práctica de este deporte 33.480.000 euros. La cifra se calcula sobre la base de un desembolso medio por cliente y día, a razón de 87 euros en el Pirineo y 54 en el Sistema Ibérico. Por lo tanto, los 360.000 deportistas de las estaciones altoaragonesas invirtieron 31.320.000 euros y los 40.000 de las comarcas turolenses otros 2.160.000 euros.


En cuanto al gasto inducido, se fija un desembolso medio diario por usuario de 60 euros en el caso del Pirineo y 38 euros en las estaciones turolenses, lo que representa un promedio ponderado de 57,6 euros para Aragón. De esta manera, el dinero que repercute en la zona por esta vía asciende a 23.040.000 euros, 21.600.000 euros en las comarcas oscenses y 1.520.000 euros en las turolenses.


Como suma de estos dos conceptos, un consumo directo de 33.480.000 euros y un inducido de 23.040.000 euros, se obtiene que la repercusión económica asciende a 56,6 millones de euros (9.500 millones de las antiguas pesetas). De esta cantidad, 52,9 millones de euros se localizan en los valles pirenaicos y 3,7 millones en Teruel.


El informe de Ibercaja destaca que el gasto evaluado para el Pirineo oscense (52,9 millones de euros) equivale aproximadamente a 32 millones de euros en términos de PIB (Producto Interior Bruto), concentrado en apenas tres semanas. Ello, en volumen anual, representa el 22% del PIB anual.