EXPO 2008

"El legado de la Expo está en manos del Gobierno español"

Vicente González Loscertales es secretario general del BIE. Desde París, este sevillano siempre ha impulsado a Zaragoza como sede de la muestra

La víspera de que se le concediera a Zaragoza la Expo 2008, usted vaticinó en París que, si se ganaba, sería una buena muestra. ¿Acertó?


Se ha cumplido con creces. Ha sido una excelente Expo desde todos los puntos de vista: con la planificación del recinto, la participación internacional, el contenido temático e intelectual a través de la Tribuna del Agua, los espectáculos, y sobre todo, por la participación ciudadana, que tanto como visitantes o como voluntarios, ha sido entusiasta. El grado de satisfacción ha sido altísimo.


¿Ha cobrado suficiente renombre internacional o la promoción de la Expo ha sido insuficiente?


La repercusión internacional no se puede medir todavía. Los mensajes de la Expo van a difundirse a través de las Naciones Unidas y debemos esperar. Es verdad que el número de visitantes internacionales ha sido más bajo de lo que se esperaba, pero el turismo ha bajado en toda España, el volumen de turistas en Europa que ha salido al extranjero ha descendido y hay una crisis económica.


¿No cree que se podría haber hecho una mayor promoción?


Siempre se puede hacer más. Habrá que estudiar qué es lo que se ha hecho, para que en el futuro, cuando haya otra exposición temática, sepamos el grado de atractivo para el visitante. No a todo el mundo le interesa la Expo del agua, porque parece muy especializada. Tenemos que analizar estas exposiciones temáticas, porque aunque el lema les da importancia, también puede limitarlas un poco, desde el punto de vista de la promoción para atraer público.


¿Qué consejos daría para gestionar bien todo lo que queda?


Creo que la operación está muy bien encauzada, y el 50% del suelo de Ranillas se encuentra ya vendido. El pabellón de España será la sede del Instituto del Cambio Climático, y respecto al resto de los espacios, algunos se van a quedar al servicio de la ciudad.


¿Qué futuro estima para la Carta de Zaragoza?


Desde el BIE vamos a pedir a nuestros 154 Estados miembros que apoyen la iniciativa. Poco a poco se van a ir poniendo en práctica algunas recomendaciones. No se va a resolver de la mañana a la noche, pero esta herencia va a estar presente, viva y se va a notar. Depende mucho del Gobierno de España y del apoyo que nosotros le demos.


¿Qué opina de los pabellones-bazares que ha habido en Ranillas? ¿Se puede llevar a cabo alguna medida para evitar este tipo de participaciones?


El BIE tiene como norma que como máximo el 30% del pabellón se destine a actividades comerciales. Debería haber más control. En el caso de Zaragoza, no ha habido muchos pero sí que se han dado casos porque se ha hecho en un tiempo muy corto, y a veces te enteras de lo que van a poner una vez que está montado. Los países presentan un plan de contenidos que a veces no coincide con lo que traen realmente.

Pero, cuando se llega a esta situación, ¿no se puede hacer nada?


Es enormemente difícil evitarlo, porque son países soberanos, no individuos o empresas. Es, por un lado, el atractivo de las expos y, por otro, su dificultad: las normas se las estás aplicando a un país. Y la mejor forma de prevenirlo es el tiempo y el trabajo conjunto. Por eso, ahora damos un año más a lo países para construir las expos.


El pabellón de Emiratos Árabes Unidos recibió el premio del BIE en la categoría de más de 500 metros y solo tiene 300. ¿Qué criterios se siguen?


Nosotros recibimos de las autoridades de la Expo una lista con las superficies de los pabellones, y en función de eso hemos decidido. El jurado no puede dedicarse a medir los espacios.


¿Cree que la Tribuna del Agua y el Faro han sembrado un precedente para las próximas exposiciones?


Son dos logros fantásticos de la Expo de Zaragoza que nosotros nos vamos a encargar de que sean seguidos en las próximas muestras. La Tribuna es el gran legado intelectual, la parte operativa del futuro de la Expo. Y el Faro es un modelo extraordinario de presencia de más de 300 organizaciones no gubernamentales, que han organizado ellas mismas su pabellón y que se han encargado de mostrar la visión que la sociedad civil tiene de estos problemas hídricos. Son dos modelos que vamos a impulsar en las próximas expos con todo nuestro interés.


¿Qué posibilidades tiene Zaragoza de ser la sede de la Expo de las flores en 2014?


Primero debe pasar por la Asociación Internacional de Productores Hortícolas (AIPH). Una vez que dé su visto bueno y haya una fecha, no veo ningún problema, siempre que Zaragoza y España quieran hacerlo. No es el primer caso de dos exposiciones tan recientes: Alemania albergó en 2000 la Expo de Hannover y en 2003, la de las flores. Asimismo, China organizó en 1999 una muestra hortícola, y en 2010 será el escenario de la Expo universal. Sería una muestra completamente distinta a la de este año, de jardines con pequeños pabellones y un gran diálogo sobre ecología y medioambiente. Desde mi punto de vista, es una Expo mucho más bonita.


Usted es nieto de aragoneses. ¿Cómo ve el futuro de Zaragoza?


Veo a la ciudad en un momento extraordinario, con todo lo necesario para realizar un gran despegue. Pero es necesario que los zaragozanos y los aragoneses se lo crean, y se proyecten al mundo. Zaragoza tiene que internacionalizarse, que las empresas se abran al mundo y que la gente joven que ha vivido la experiencia de la Expo cree empresas para organizar congresos, para acoger acontecimientos. Hay que tener en cuenta que el mundo es grande y hace falta conquistarlo. Hace falta que Aragón se proyecte al mundo.