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Las pistas arrancan su semana fuerte con menos frío y 223 kilómetros

Las temperaturas mínimas suben hoy en el Pirineo tras una jornada con rachas de viento de 80 km/h que obligó a cerrar ayer Panticosa y causó problemas en Cerler y Astún.

Panticosa, cerrado; Cerler, con solo seis kilómetros, y Astún a medio gas. Son las consecuencias de las fuertes rachas de viento que azotaron ayer las estaciones de esquí del Pirineo altoaragonés. No obstante, las previsiones meteorológicas para los próximos días son mucho más halagüeñas ya que amainará el vendaval y las temperaturas mínimas subirán un poco, si bien para estos complejos deportivos que el mercurio se estanque en valores negativos es bueno, ya que la nieve no se transforma y queda en calidad polvo, la que más gusta a los aficionados.

En estas condiciones prevén abrir mañana los cinco centros del Pirineo aragonés. Entre todos ofertan 223 kilómetros (más 13,4 en las estaciones turolenses de Javalambre y Valdelinares) y espesores de hasta 115 centímetros que esperan hagan las delicias de miles de esquiadores que aprovechan las Navidades para acudir a las pistas.

No en vano, hoy arranca una de las semanas más fuertes de la temporada. Esta y la próxima, la de Reyes, son de las de máxima afluencia y en las que casi todos los años se marcan récords de público. Los valles, con ocupaciones hoteleras que oscilan entre el 85 y 95% dependiendo de categorías y cercanía a pistas, confían en que las previsiones se mantengan ya que, aunque algún día salga un poco cubierto, de momento no se esperan precipitaciones que puedan aguarles la fiesta.

"Por las reservas de abonos y de cursillos que tenemos, la semana va a estar muy muy animada", aseguró Jorge Navarro, de Candanchú.

Temperaturas menos gélidas

"Las temperaturas que nos han dado para mañana (por hoy) estarán entre -2 grados y 2 positivos", anunció Andrés Pita, de la estación de Astún, quien añadió que eso hará que el ambiente sea mucho "más agradable". Y es que aseguró que las bajas temperaturas de los días anteriores (en Candanchú el mercurio llegó a los -18 la madrugada del viernes) ayudan a conservar la nieve en buen estado y no suelen ahuyentar a los aficionados, aunque incomodan un poco en los días de aire. Así sucedió ayer, ya que a pesar de alcanzar los -12 grados durante la madrugada, la afluencia fue buena. "Ha habido más movimiento del que preveíamos, aunque esperamos mucho más a partir del lunes 27", comentó. Otras estaciones tuvieron que conformarse con mucho menos debido a las inclemencias del tiempo. Panticosa no pudo abrir sus instalaciones. Ya a primera hora de la mañana anunció en un comunicado esta incidencia. Las rachas de viento no amainaron y finalmente, a las doce del mediodía se comunicó oficialmente que el centro invernal no abriría ya en toda la jornada por las adversas condiciones climatológicas.

También la estación ribagorzana de Cerler tuvo problemas con las fuertes rachas de viento, que superaron los 60 kilómetros por hora, velocidad máxima a la que pueden funcionar los remontes en el centro de esquí.

Según informó Jaime Ríos, responsable comercial de la estación, tan solo pudieron poner en marcha la zona de debutantes, la de Basibé y las pistas de principiantes de cerro 2.500.

En total, apenas sumaban seis kilómetros. Astún tampoco escapó del vendaval, si bien las consecuencias fueron más llevaderas que para sus otras dos compañeras. El viento tan solo impidió que la silla de la Raca pudiera funcionar durante buena parte de la mañana.

Sin embargo, tanto Formigal como Candanchú abrieron sin inconvenientes y los esquiadores pudieron disfrutar de una buena jornada. La primera ofertó 83 kilómetros, ocho menos que los que tiene previstos abrir hoy lunes, y la veterana, 32.