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Las estaciones de esquí creen necesaria la policía en las pistas, pero la DGA no la prevé

Aramón no descarta impulsar un acuerdo para que haya fuerzas de seguridad, como en otras comunidadesEl Gobierno aragonés alega que no es su competencia, aunque Andalucía promovió un convenio con el Estado

Guardia Civil en pistas.
Las estaciones de esquí creen necesaria la policía en las pistas, pero la DGA no la prevé
javier blasco

Un esquiador novato se lanza por una pista roja (requiere cierto nivel) y pone en peligro al resto de usuarios. Otro obvia las señalizaciones, y se decide por un fuera de pistas provocando un alud. Son situaciones incívicas que no a diario, pero sí de vez en cuando, se dan en las estaciones de esquí. El centro catalán de La Molina (Gerona) ha querido acabar con ello y desde el pasado fin de semana dos Mossos d'Esquadra patrullan por las pistas, coartando también a los amigos de lo ajeno. En Aragón, desde hace décadas, la Guardia Civil de montaña visita las estaciones los días de gran afluencia, pero no todos. Sin embargo, algunos responsables de los centros quieren más y no descartan impulsar un convenio, similar al de Sierra Nevada, para que la presencia de las fuerzas de seguridad del Estado sea fija y más numerosa. De lo que nadie duda es de que la Guardia Civil de Montaña sería la más indicada para esta vigilancia.

Más de 14.000 esquiadores pueden llegar a concentrarse en un día punta en Formigal, una cifra que supera la población de Jaca, donde no solo hay cuartel de la Guardia Civil sino comisaría de la Policía Nacional. Sin embargo, el departamento de Interior del Gobierno de Aragón asegura que no se ha planteado mejorar la vigilancia en las estaciones. Como argumento, apunta que no es una competencia que tengan atribuida, sino que corresponde a las fuerzas de seguridad del Estado. Por su parte, la Subdelegación del Gobierno en Huesca ha declinado pronunciarse sobre este asunto. Sin embargo, la falta de competencia no ha sido excusa para que en Sierra Nevada la Junta de Andalucía haya impulsado un acuerdo con el Estado para la presencia de un mínimo de cinco agentes de la unidad adscrita de la Policía Nacional o de la Guardia Civil.

Hasta 35.000 esquiadores, como el aforo de la Romareda, se han registrado en días de gran afluencia entre las cinco estaciones altoaragonesas. La más concurrida es la de Formigal, que tiene más de 130 kilómetros por los que los amantes del deporte blanco pueden deslizarse, aunque no a sus anchas. "En determinados días la aglomeración es tan importante que sería necesario que los cuerpos de seguridad del Estado estuvieran, al igual que van a concentraciones, manifestaciones, partidos de fútbol?", explica Javier Andrés, director general de Aramón, el grupo que aglutina a las dos estaciones del valle de Tena -Formigal y Panticosa-, la ribagorzana de Cerler, y las turolenses de Javalambre y Valdelinares.

De la misma opinión se muestran en Astún. "El orden público es para las fuerzas y seguridad del Estado, no para los que trabajan en pistas", comentaron desde la estación. Y es que hacían referencia al modelo adoptado en Andorra, donde son los propios trabajadores de la estación quienes ejercen la autoridad. En la estación jacetana no son partidarios de este sistema, sino todo lo contrario. "Es conveniente que haya una policía de pistas", aseguraron.

Porque uno de los grandes problemas a los que ahora mismo se enfrentan ante un comportamiento incívico es ¿qué hacer? En los contratos de compra del forfait se especifica, alertó Andrés, de que "si hay un uso fraudulento del pase o de las instalaciones podemos retirárselo". Pero ¿y si no se lo quieren dar? "No podemos pedirles que se identifiquen", incidieron desde Astún. Y tampoco, como añadió Javier Andrés, pueden echarlos "del monte, que es de utilidad pública". Ni siquiera vigilantes de una empresa de seguridad privada podrían hacerlo.

Por eso insisten en que debería ser algún cuerpo de las fuerzas de seguridad del Estado el encargado de mantener el orden público. Todos apuestan por que sea la Guardia Civil de Montaña. Los agentes ya patrullan por las pistas de esquí, sobre todo en días de gran afluencia. "Esa solución la tenemos de forma natural y lo hacen tan eficazmente y tan bien", comentó Eduardo Roldán, director de Candanchú, que entiende que "no es necesario nada más". Según relató, su misma presencia en las pistas "es por naturaleza el control y el orden. Y cuando hay un incidente, que no suele ser muy normal, se les llama por radio y acuden".

Sin embargo este no es su único cometido y el pasado fin de semana, por ejemplo, había una patrulla de montaña para Candanchú y Astún (unos 9.000 esquiadores). En Formigal, con más afluencia, había otra, como también las hubo en Panticosa y Cerler. Sería aconsejable que los dotaran de mayores recursos", insisten desde uno de los centros. Porque una de las grandes fuentes de ingresos turísticos del Alto Aragón, el esquí, está en auge. El año pasado se registraron un millón y medio de esquiadores en todo Aragón. Y hay centros con planes de ampliación.