ARAGONESES EN LA PLAYA

La hora del adiós

Mañana acaba agosto, fecha señalada en el calendario para que la mayoría de los turistas vuelvan a la cruda realidad. Unos apuran los últimos rayos de sol. Otros ya están en casa.

Las maletas celebran hoy su día oficial. Miles de aragoneses concluyen mañana sus vacaciones y dedican la jornada a recoger lo que ha sido sus vidas durante semanas al margen de la cotidiana realidad que abandonaron en sus lugares de origen. Hoy toca limpieza general en el apartamento, despedidas más o menos emotivas y un viaje de vuelta a casa en coche, tren o avión. Es hora de tomárselo con calma y resignación, aunque todavía los hay que apuran los últimos rayos de sol antes de partir.

Es el caso de Jorge y Noemí, y Samuel, su hijo de tres años, llegados desde la capital aragonesa, y que ya anunciaban su intención de exprimir sus vacaciones en Salou. “Aún quedan dinero y ganas”, reconocía la madre, que lleva junto a su familia más de 10 años veraneando en la Costa Dorada, donde cuentan con un apartamento como segunda residencia. “Está muy cerca y bien conectado con Zaragoza, y aquí el pequeño se lo pasa en grande”, relataba. Sin embargo, todo llega a su fin, y aunque aún le quedan quince días de vacaciones, “llega la vuelta al cole y hay que estar en casa”, aseguraba.


A su lado Silvia, su compañera de trabajo, junto a su marido Francisco, reconocían que les daba “bastante pena” tener que dejar para el año que viene el contacto con la arena. Pero, en su caso, todavía preparan una escapada al Pirineo antes de volver al duro asfalto de la capital aragonesa.

A lucir moreno en la ciudad

 

Un claro síntoma para reconocer a quién le toca hacer las maletas es el tono de piel. Morenos, muy morenos volverán mañana, “para evitar atascos”, Miguel Gutiérrez y María José Isiega después de treinta días bajo el sol de la Costa Dorada. Quizá por tratarse de una estancia tan prolongada no les pesa volver a Zaragoza, su lugar de residencia. “Después de un mes casi apetece volver”, asegura la mujer, nacida en Cariñena. Además, añade que “hay mucha gente”. Y no solo en la playa. Aunque sus hijos -ya treinteañeros- no se prodigan mucho por Salou, sí que reciben la visita de muchos familiares y amigos.


Si ellos retrasan su vuelta hasta mañana para evitar problemas, otros, con el mismo objetivo, la adelantaron. Así fue como la familia Fresco abandonaba La Pineda esta semana, tras doce días sin preocupaciones, rumbo a Tauste, su lugar de residencia. “Venimos desde hace ocho años al mismo apartamento”, explica Francisco, quien reconoce que “hay que afrontar que todo se acaba”.


Un pensamiento compartido por muchos aragoneses estos días, temerosos de enfrentarse, por ejemplo, a la vuelta al calor de las noches zaragozanas, o al estrés de la vuelta al trabajo. Algo que a Isabel y a su hija Julia dicen -aunque sea con la boca pequeña-, que no les importa. En su caso, exprimieron al máximo las fiestas de San Lorenzo en Huesca, donde residen, y decidieron disfrutar de cinco días de descanso en Salou, de donde regresaron esta semana en autobús.


Poco a poco, los destinos más turísticos de la Costa Dorada irán perdiendo intensidad en sus calles y playas. Salou, por ejemplo, retomará sus 25.000 habitantes tras superar los 200.000 durante el verano. Pero lo harán de forma escalonada porque ahora queda por llegar el público de septiembre. Muchos aragoneses se decantan por esta opción para huir de los agobios de agosto, a lo que hay que sumar los visitantes que llegan de la mano del programa de vacaciones del Imserso.

Síndrome postvacacional


Para aquellos que, sin embargo, ya han agotado sus días de asueto, solo queda tomarlo con filosofía y afrontar el retorno al trabajo. Según un reciente estudio, el 47% de los aragoneses sufre del ya popular síndrome postvacacional. De hecho, el 31% necesita de entre dos y tres días para volver a habituarse a la rutina laboral. Para evitarlo, se recomienda volver a su ciudad unos días antes de retomar el trabajo y, una vez en él, ser conscientes de que el rendimiento personal irá creciendo poco a poco.


Además, si es posible, se aconseja no volver al trabajo en lunes y hacerlo con mentalidad positiva. Hay que evitar el pensamiento de que todavía quedan once meses hasta poder volver a disfrutar de un mojito junto al mar y con el teléfono móvil desconectado.