La familia

SI alguna vez, en su más íntima soledad, la alcaldesa de La Muela, María Victoria Pinilla, se ha arrepentido de alguno de los hechos delictivos que el juez le imputa, seguramente, se habrá acordado de su familia, en especial, de sus hijos. Esos chavales, algunos de los cuales montan a caballo o en quad, juegan al golf y visten primeras marcas de ropa (pija), son, sin duda, lo más importante para Pinilla, una política controvertida y acusada de once delitos, la mayoría relacionados con la corrupción política y urbanística. Son lo más querido, pero también personas en riesgo desde que Pinilla se lanzó a la presunta espiral delictiva que le llevó a pasar cuatro meses en la prisión de Zuera. Su hijo Víctor fue detenido e imputado por el juez desde el primer momento. Ahora, la Policía apunta a los otros dos vástagos por un presunto caso de blanqueo de capitales que también salpica a la hermana de la alcaldesa. Con su ex marido y su primo igualmente imputados, la familia se enfrenta a un complicado proceso que la todavía alcaldesa pudo haber evitado.