TERUEL

La defensa del acusado de matar a su padre pedirá la libre absolución

La Audiencia Provincial de Teruel acoge desde hoy el juicio por la muerte de un hombre en su domicilio de la localidad de Linares de Mora en diciembre de 2006. Los nueve miembros del jurado popular deberán decidir si, Ricardo Alcón, el hijo del fallecido es el culpable de los hechos por los que permaneció en prisión 13 meses. Desde el primer momento, Alcón se ha declarado inocente, y su abogado pedirá la libre absolución.


El acusado llegó hoy a la Audiencia arropado por sus dos hermanos, que siempre han creído su versión de los hechos: que la muerte de su padre se debió a un accidente, al caer por las escaleras del domicilio, donde fue hallado muerto por el acusado. Por eso, no hay acusación particular, la Fiscalía pide en este caso 20 años de prisión para el acusado por un presunto delito de asesinato con el agravante de parentesco.


El abogado del acusado, Carlos Muñoz, explicó antes de que se iniciara la vista que pedirá la "libre absolución" para su cliente puesto que "no hay ninguna prueba que la incrimine en los hechos".


En este sentido, Muñoz manifestó que "ninguna de las pruebas apunta directamente a una muerte violenta y vamos a defender que es una muerte accidental, nuestras pruebas periciales así lo dicen".


Por eso, afirmó que van "a mantener, como desde hace casi tres años, la inocencia de Ricardo". Además, Muñoz apuntó que "desde un principio, sus dos hermanos, y son los que mejor le conocen, dicen que ven imposible que haya podido matar a su padre. Hoy contarán su relación con Ricardo el día de los hechos".


Además, señaló que su patrocinado acude al juicio con "un ánimo muy tranquilo, como el primer día, porque cuando alguien sabe que no ha hecho nada".


Los hechos se remontan a diciembre de 2006, cuando Lorenzo Alcón, el padre del acusado, apareció muerto junto a la escalera. En principio se pensó que fue un accidente, pero la autopsia llevó a la detención del hijo que, había pasado la noche con el padre, porque según los peritos los golpes pudieron deberse a una agresión.


El acusado que, siempre se declaró inocente, permaneció 13 meses en prisión hasta quedar en libertad provisional al no existir pruebas concluyentes que lo implicaran en los hechos, ni tampoco riesgo de fuga.