ARAGÓN

La aprobación del proyecto de Biscarrués también se retrasará varios meses más

Este embalse y el recrecimiento de Yesa deberían haber salido a información pública en abril. Sin embargo, aún no han sido enviados al Ministerio, que luego tendrá que revisarlos.

Al igual que sucede con el recrecimiento de Yesa, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino todavía va a retrasarse como mínimo varios meses más en aprobar y sacar a información el proyecto del nuevo embalse de Biscarrués -el de 35 hectómetros cúbicos-. Según los plazos a los que se comprometió la anterior ministra, Cristina Narbona, ambos documentos tendrían que haber salido a exposición pública el pasado mes de abril. Sin embargo, no solo no ha sido así, sino que ni siquiera se han terminado de redactar.


Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro confirmaron ayer que los técnicos del organismo de cuenca están incorporando al proyecto técnico de Biscarrués y al del recrecimiento de Yesa diversos aspectos relacionados con su impacto ambiental. Las mismas fuentes reconocieron, además, que en el embalse que completará la regulación del Gállego los trabajos están algo más atrasados, por lo que puede deducirse que no podrán acabarse a corto plazo.


En cualquier caso, una vez finalizados, tanto el proyecto del pantano de Biscarrués como el que permitirá recrecer Yesa hasta la cota media tendrán que ser enviados a Madrid para que Medio Ambiente los revise y les de su visto bueno inicial. Solo entonces podrán salir a exposición pública, por lo que es seguro que ese paso previsto para abril se demorará como mínimo varios meses más.


De hecho, los antecedentes no permiten ser optimista, ya que el anterior proyecto de Yesa llegó a Madrid en la primavera del 2006 y estuvo en el Ministerio más de un año hasta que sus responsables anunciaron que era necesario volver a cambiarlo y repetir el estudio de impacto ambiental del recrecimiento.


Más y más incumplimientos


La presa de Biscarrués de 35 hectómetros cúbicos (hm3) en el eje del río complementada con otros pantanos construidos dentro de la zona regable de Monegros fue la solución elegida por Narbona a finales del 2006 para completar la regulación del Gállego. A cambio, se descartó la construcción del embalse de 192 hm3 previsto inicialmente en la zona, que suponía la inundación del núcleo de Erés.


En un primer momento, la entonces titular de Medio Ambiente apostó por redactar un nuevo anteproyecto partiendo de cero, pero la presión de la DGA y de los regantes hizo que aparentemente cambiara de criterio y aceptara aprovechar en lo posible el proyecto que ya existía para el embalse de 192 hm3.


Sin embargo, en abril del año pasado se supo que el Ministerio había dado marcha atrás y, alegando un informe de la Abogacía del Estado, había ordenado redactar un nuevo proyecto partiendo de cero. Esto levantó las primeras suspicacias, alimentadas por lo que estaba sucediendo con Yesa.


La redacción del proyecto de Biscarrués corre a cargo de la CHE, que lo encargó a sus propios técnicos para agilizar el proceso. El organismo de cuenca esperaba acabarlo en junio del 2007, pero luego pospuso la fecha hasta finales de año. Al igual que sucedió con el recrecimiento de Yesa, finalmente Medio Ambiente fijó la salida a información pública del proyecto para abril del 2008. Tampoco ha sido así.


Según explicaron ayer desde la Confederación, actualmente los técnicos están realizando diversos estudios ambientales sobre Biscarrués que ha encargado el Ministerio. Si el cronograma de Narbona se hubiera cumplido, en septiembre tendría que aprobarse la declaración de impacto ambiental del embalse y las obras podrían licitarse en diciembre, pero parece que habrá que posponer esas fechas casi un año.


En cuanto al recrecimiento de Yesa -que ya acumula más de dos años y medio de retraso-, Medio Ambiente ha comunicado, por fin, a la CHE qué sugerencias recibidas durante la ronda de consultas ambientales deben incorporarse al proyecto. Según señalaron desde el organismo de cuenca, esas sugerencias se están añadiendo a la documentación que se remitirá a Madrid para su aprobación.


Pese a que la ronda de consultas se abrió en enero y a que los interesados solo tenían 30 días para contestar, a mediados de junio Medio Ambiente aún no había comunicado a la Confederación los resultados del proceso. Según el cronograma de Narbona, la declaración de impacto de Yesa debía aprobarse en noviembre y las obras, lanzarse en abril del 2009.