DEBATE SOBRE EL ESTADO DE LA COMUNIDAD

Iglesias pide prudencia para la crisis de Opel y dice que la economía aragonesa crecerá en 2010

EL presidente aragones durante su discurso en las Cortes
Iglesias pide prudencia para la crisis de Opel y dice que la economía aragonesa crecerá en 2010
JOSÉ MIGUEL MARCO

El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, cree que la economía está en condiciones de volver a crecer en 2010, según ha dicho durante su discurso en la primera sesión del Debate sobre el Estado de la Comunidad, en el que ha eludido referirse a la crisis en el seno de la coalición de Gobierno PSOE-PAR surgida tras la aprobación del nuevo modelo de financiación autonómica.


Iglesias, que ha invertido una hora y 35 minutos en leer las 28 páginas de su discurso, ha dedicado gran parte de su tiempo a hablar de la crisis económica y de las medidas que su Ejecutivo ha puesto y tiene previsto poner en marcha para cumplir el objetivo de llegar al final de la recesión y, sobre todo, recuperar el empleo.


También ha hablado del modelo de financiación autonómica, que ha asegurado es "beneficioso en lo económico y estrictamente respetuoso con el Estatuto de Autonomía", pero sólo se ha referido de pasada a las "tensiones" que se generaron en el Gobierno, en verano, por el rechazo del PAR a este nuevo modelo. Tensiones que, ha apuntado Iglesias, "estamos reconduciendo para garantizar la estabilidad que ha caracterizado los diez años de Gobierno PSOE-PAR".


El presidente autonómico ha pedido a los diputados y a la sociedad en general "prudencia" y "responsabilidad" en el análisis de la situación de General Motors (GM) tras la venta de Opel a Magna, ya que éste es el momento del "trabajo callado" y de la "negociación inteligente". 


El presidente ha dicho que confía "plenamente" en la capacidad de la planta de GM de Figueruelas (Zaragoza) y en el trabajo que se desarrolla en colaboración con el Gobierno central, al que ha augurado "éxito".


"Estamos en el momento del trabajo callado, de la negociación inteligente y, si lo hacemos toda la sociedad unida, tendremos muchas más garantías de éxito", ha explicado el presidente, quien ha considerado que "debilitar al negociador no suele ser la mejor estrategia para alcanzar" los objetivos, especialmente en el caso de una negociación "que será larga".


Ha recordado "el pesimismo que se adueñó de la Comunidad" cuando se negociaba la fabricación del Meriva en la factoría zaragozana, un momento en el que tanto el Gobierno autonómico como el central recibieron "las mismas acusaciones" que se escuchan estos días, ha lamentado Iglesias.


Por ello, ha hecho hincapié en que el Ejecutivo autonómico ha demostrado "experiencia y capacidad en la negociación" y ha reiterado que en este momento "son necesarias la confianza, la tenacidad y la prudencia", además de "trabajar todos juntos en una única dirección: garantizar el máximo nivel de empleo" en Figueruelas.


"La contribución de Opel a la economía aragonesa es más que considerable, no sólo por su aportación en términos de producto interior bruto y de empleo, sino también porque ha representado, y sigue representando, un papel de referencia en el tejido empresarial aragonés", ha agregado Iglesias.


En este sentido, el presidente ha comentado que desde que se conocieron las primeras negociaciones con el grupo Fiat para vender GM-Europa, se han mantenido "decenas de reuniones y conversaciones" y se ha cruzado "medio mundo", unas veces de forma pública y otras ejerciendo "un trabajo callado".


"Saben mi estilo de hacer las cosas, y no voy a cambiarlo en esta ocasión. Vamos a seguir la estrategia que iniciamos hace meses, y lo vamos a hacer confiados en el éxito, como ocurrió en la batalla del Meriva", ha continuado Iglesias, y siempre "de la mano de los trabajadores".


A su juicio, Aragón "tiene una posición relevante a nivel internacional en el sector del automóvil" y se ha mostrado decidido a mantenerla.


Estas afirmaciones del presidente responde a la gran inquietud que ha generado en la Comunidad Aragonesa la venta de GM-Europa a la compañía de componentes austríaco-canadiense Magna, que plantea, entre otras medidas, reducir en más de 1.600 empleos los 7.500 que hay en la planta de Figueruelas y trasladar parte de su producción.


Para el próximo sábado, el comité de empresa de la factoría ha convocado una gran manifestación en defensa del empleo y el futuro de la planta, que es la instalación industrial más importante de la comunidad desde el año 1982, en que comenzó a producir el Corsa.