Huesca retrocede al siglo XVII para recrear la elección por sorteo del gobierno de la ciudad
Los oscenses aplauden que se haya recuperado esta escenificación para poner en valor la historia local. La alcaldesa espera que sirva también para atraer turistas.
La mano inocente de un niño menor de 10 años y 18 bolas de madera extraídas por sorteo del arca de los oficios decidían cada año los cargos del gobierno de Huesca entre 1445 y 1707, cuando los Borbones cambiaron el método de elección y optaron por nombrar al regidor o regidora a dedo. Un curioso pasaje de la historia de la capital oscense que se volvió a escenificar de la mano de la Asociación Genius este 1 de noviembre, fecha en que se celebraba esta ceremonia de insaculación, con gran éxito de público.
"Es la primera vez que lo veíamos y nos ha llamado mucho la atención. No teníamos ni idea de que se hiciera así porque para aquella época era algo muy democrático", valoraron Lorenzo López y María José Gayán tras seguir la representación en la plaza de la Catedral. Manuel Cerro tampoco conocía esta ceremonia y aplaudió que se haya vuelto a recuperar "porque son acontecimientos históricos que vale la pena conservar; y en algún sentido mostraba un poco de avance porque aunque el método siguiera las ideas de una reina -María de Castilla, esposa de Alfonso V el Magnánimo-, el pueblo tenía mucha participación", destacó.
Vanesa Sesé, en cambio, ya había visto la escenificación alguna vez pero decidió volver a disfrutar con sus hijos "porque nuestra propia historia nos resulta a veces desconocida pese a ser de Huesca de toda la vida y me parece una muy buena forma de transmitir nuestra tradición para que los pequeños y no tan pequeños recordemos a nuestros ancestros". Además, ofrece una alternativa de ocio en un día tan marcado "y es una forma de vivir Todos los Santos de una manera totalmente diferente a la que estamos acostumbrados".
El secretario, encarnado por Miguel Ollés, ejerció de maestro de ceremonias explicando paso a paso los momentos más importantes de la insaculación retrotrayéndose a 1668, año de la última arca que se construyó y que todavía se conserva en el Ayuntamiento. No faltaron las intervenciones por sorpresa entre el público y el humor.
El notario de los contadores leyó las dos plicas detallando las deudas pendientes que habían dejado aquel año algunos ciudadanos de Huesca aludiendo a términos que han llegado a nuestros días y que procedían de aquella época como 'cabreo', un impuesto por pagos retrasados, o 'miaja', la moneda más pequeña y que correspondía a la mitad de un sueldo jaqués. También se dejaba constancia de los ciudadanos inhabilitados para entrar en el sorteo de cargos del siguiente año por tener deudas, por no tener la edad suficiente o por vivir en Zaragoza, entre otros motivos.
Todo ello en base a unas normas que siguieron todas las ciudades de la Corona de Aragón y que envió por carta en 1445 la reina María de Castilla, que hizo un cameo en la representación junto a su sobrino Fernando el Católico. Luego llegó el momento de la elección por sorteo de los 18 cargos, entre ellos el prior de los jurados, el justicia, el padre de los huérfanos, el mayordomo (manejaba toda la contabilidad), el almutazaf (juez de mercados), el procurador de la ciudad, el regidor del hospital, el veedor de diferencias, el cequiero o el tasador de la huerta. Un juramento conjunto puso el punto final a la representación en la plaza de la Catedral antes de que toda la comitiva fuera en pasacalles, al son de las gaitas, hasta la plaza de López Allué donde tuvo lugar el traspaso final del cetro de mando.
La alcaldesa, Lorena Orduna, que asistió a la recreación de las insaculaciones junto a gran parte de las corporación municipal, confía en que "ayude a que Huesca por fin esté en el mapa y tengamos capacidad para atraer turismo porque los oscenses tenemos patrimonio y mucha historia que contar", subrayó.
