Nuria Garatachea: "Ahora ya no da vergüenza hablar de la salud mental en el deporte"

La Universidad de Zaragoza acaba de crear la Cátedra Fundación Blanca Fernández Ochoa de Apoyo al Deportista financiada también por el Gobierno de Aragón. ¿Cómo surgió esta alianza?
Lola Fernández Ochoa decidió crear una fundación tras la muerte de su hermana, Blanca, para ayudar en la salud mental de los deportistas. Hablaron con varias universidades de una cátedra y al final lo hicieron en Zaragoza. Y para Aragón es un logro ya que es la primera creada por y para el deportista que se va a ocupar de temas a los que hasta ahora no se había dado la importancia que tiene.  

¿Qué objetivos prácticos tienen?
En España apenas hay investigación de calidad para saber cómo está el deportista de verdad en aspectos como el estado emocional o la inserción laboral, y otros países europeos nos llevan ventaja. La intención última es tomar luego medidas y poner en marcha planes de acción que estén basados en la evidencia científica para ir al centro de los problemas.  

Cuando hablamos de deportistas, se asocia normalmente al éxito, pero su estado emocional forma parte de una cara más oculta. 
Normalmente, el ciudadano de a pie ve solo la cara bonita que nos muestran los medios, el aplauso, la victoria, las medallas... Pero detrás de cada deportista hay una persona con sus fortalezas, porque son gente extraordinaria, y también con sus debilidades, y pueden sufrir depresión, ansiedad, miedo a no cubrir expectativas...

¿La muerte de Blanca Fernández Ochoa fue un punto de inflexión para valorar la importancia de la salud mental en el deporte?
No sé si fue el detonante porque antes que ella ya había habido otros casos en el deporte. Yo creo que ha habido un cambio social en los últimos años sobre cómo vemos la salud mental porque antes no hablábamos de eso, nos daba vergüenza, lo estigmatizábamos... Además, los deportistas callaban porque podía depender que fueran seleccionados para una competición o no. Pero ahora ya vemos como algo normal que pidan ayuda. Y tenemos casos recientes como los del jugador de baloncesto Ricky Rubio, la gimnasta Simone Biles o la tenista Naomi Osaka. 

¿Hay que formar también a las familias de esos niños y niñas que se presionan o les presionan desde pequeños para alcanzar el sueño de una medalla olímpica?
Para nosotros son claves las etapas donde los niños y niñas se forman como deportistas y como personas para que desde la base sea una actividad segura. Porque ya hay chavales con ansiedad por el partido que tienen el fin de semana. Y hay que enseñarles a manejarse para cuando crezcan y tengan que competir a más alto nivel.

Buscarán facilitar la inserción laboral de los deportistas de élite. ¿Por qué tienen tanta dificultad para encontrar un trabajo?
Su jornada laboral es de 24 horas ya que si no entrenan, están viendo vídeos o dedicando tiempo a la alimentación, al descanso, al masaje... y les queda muy poco tiempo para su formación académica. Mientras compiten, los poderes públicos les ayudan, pero luego su vida sigue y ahí es donde están un poco olvidados. Y queremos poner el foco no solo en los que han tenido éxito y pueden ser atractivos para las empresas, porque hay muchos que han entrenado igual o más pero por diferentes circunstancias no han conseguido una medalla y no se les conoce porque no han ocupado portadas.