La baliza perdida en el glaciar de la Maladeta que confirma su movimiento

En tres décadas la masa de hielo se ha desplazado 100 metros, un dato positivo en medio de los malos registros, ya que este ha sido su segundo peor año con una pérdida de superficie de una hectárea.

Una imagen del glaciar tomada el pasado mes de septiembre desde un dron.
Una imagen del glaciar tomada el pasado mes de septiembre desde un dron.
CHE/Spesa

La última visita de inspección al glaciar de la Maladeta, realizada la última semana de septiembre, ha confirmado que tras otro verano con continuas olas de calor la pérdida de hielo se ha acentuado, hasta ser el segundo peor año. El dato positivo es que, para sorpresa de los investigadores, se ha hallado una baliza instalada en 1991 y que estaba desaparecida desde entonces. Este testigo ha demostrado el movimiento del glaciar, con un desplazamiento de casi 100 metros.

La campaña realizada por la empresa Spesa Ingeniería para la Confederación Hidrográfica del Ebro acaba de avanzar sus conclusiones. Según el informe emitido con los datos del seguimiento de los meses de junio y septiembre, los espesores de nieve medidos sobre el hielo glaciar oscilaron entre 85 y 350 cm, lo que representa el cuarto peor año en cuanto a la reserva nival. 

El balance de masa de hielo supone una pérdida de espesor medio en todo el glaciar de 306 centímetros, el segundo peor dato por detrás del 2022 (347 cm) desde que se empezaron a realizar mediciones en 1991. En todo el periodo la reducción es de 32 metros, como un edificio de más de 10 plantas de altura.

Además, la superficie ha disminuido una hectárea en el último año, quedando en 14, lo que supone una pérdida del 72% desde 1991, cuando el glaciar presentaba una superficie estimada en 50 hectáreas. Y el frente ha retrocedido 26 metros respecto a 2022, 530 metros en tres décadas.

Este año se ha utilizado por primera vez un dron para el cálculo del balance. Los investigadores también destacan "la aparición por fin de la baliza número 1". Esta se colocó en la parte más alta en 1991, a 3.162 m de altitud. Se perdió desde el primer año de instalación debido a que se situó en la zona alta del glaciar, donde aumentaba de espesor.

Su posición actual está a 3.115 metros y se ha situado a una distancia de 99 metros, lo que da un desplazamiento anual medio de 3,1 m.

La aparición de la baliza número 1 colocada hace 30 años.
La aparición de la baliza número 1 colocada hace 30 años.
CHE/Spesa Ingeniería

"Es un dato buenísimo sobre la velocidad media a la que se mueve ladera abajo", señala el comisario de Aguas adjunto de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Javier San Román, un movimiento en el que se forman grietas confirmando que todavía tiene velocidad y está vivo. 

Pese a ello su desaparición es inevitable y se podría producir en la próxima década. 

La red de balizas de ablación del glaciar se implantó en octubre de 1991 con un total de siete. Posteriormente en 1996, 2000, 2004, 2007, 2013 y 2018 se realizaron reinstalaciones de estos elementos a medida que fueron quedando inoperativas, al aflorar del hielo en su totalidad. Así se han instalado un total de 30 balizas. En la zona donde se encontraban algunas de ellas, el hielo ha desaparecido por completo.

Hasta hace poco los expertos pronosticaban la desaparición en 20 o 30 años, según diferentes escenarios de calentamiento global. Pero este horizonte se ha acercado atendiendo a la mayor frecuencia de las olas de calor. Se estima el 2035 como año a partir del cual dejará de ser un glaciar como tal, con una incertidumbre de más o menos 5 años, según aseguró recientemente el profesor Guillermo Cobos, de la Universidad Politécnica de Valencia.

Otras balizas colocadas a lo largo de la masa de hielo.
Otras balizas colocadas a lo largo de la masa de hielo.
CHE/Spesa
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