La última bucarda del Pirineo, Laña, vuelve a Ordesa

El animal disecado viajó en febrero desde el Centro de Visitantes de Torla al Deutsches Hygiene-Museum de Dresdren (Alemania), para formar parte de una exposición sobre genética.

El ejemplar disecado del último bucardo, la hembra Laña, ha vuelto este jueves al Centro de Visitantes de Torla, del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
El ejemplar disecado del último bucardo, la hembra Laña, ha vuelto este jueves al Centro de Visitantes de Torla, del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
P. N. Ordesa y Monte Perdido

A comienzos de este año, la bucarda Laña hizo un largo viaje hasta el museo Deutsches Hygiene Museum, en la ciudad alemana de Dresde. Al tratarse del último ejemplar vivo de bucardo o cabra pirenaica (𝘊𝘢𝘱𝘳𝘢 𝘱𝘺𝘳𝘦𝘯𝘢𝘪𝘤𝘢 𝘱𝘺𝘳𝘦𝘯𝘢𝘪𝘤𝘢), este ejemplar disecado se ha convertido en una de las piezas más destacadas de la exposición temporal 'Of genes and human beings. Who Are We, and Who Might We Become? ('De los genes y los seres humanos: ¿Quiénes somos y en quiénes podemos convertirnos?'). 

La muestra ha permanecido abierta al público hasta el 10 de septiembre y Laña ha sido la protagonista de una de las cuatro secciones de la exposición. El jueves 5 de octubre ha regresado a su casa, el Centro de Visitantes de Torla, y ha vuelto a ocupar el espacio central de la sala dedicada al bucardo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

Laña era una hembra estéril de 13 años y 53 kilos de peso, y fue la última superviviente de una especie que dominó las peñas más abruptas del Pirineo pero que, poco a poco, fue retrocediendo ante la acción del hombre. Cuando se pusieron los medios para luchar por su conservación, fue demasiado tarde. En 1990 se clasificó como especie en peligro de extinción, según el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. El Plan de Recuperación del Bucardo se aprobó en 1993, cuando apenas quedaban una decena ejemplares. Tres años después, solo quedaban cuatro.  

La muerte de Laña se produjo en enero del año 2000 y supuso la extinción definitiva de esta subespecie de cabra montés exclusiva de los Pirineos. Tras su fallecimiento, al parecer por el impacto del tronco de un árbol, se inició un ambicioso programa científico que tenía por objeto devolverlo a la vida mediante complejas técnicas genéticas basadas en la clonación. 

Aunque el intento fracasó, sí fue posible la naturalización de Laña y su posterior traslado al Centro de Visitantes de Torla. Gracias a ello, todo los  visitantes que lo deseen puede conocer al último ejemplar de esta especie y reflexionar junto a él sobre la dramática y acelerada extinción de especies y la pérdida de biodiversidad a nivel mundial.

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