Dos montañeros heridos graves en el Pirineo en un fin de semana con nueve rescates
Una senderista zaragozana de 28 años tuvo que ser evacuada por el helicóptero del 112 hasta el Hospital Clínico.
El último fin de semana de septiembre, con una gran afluencia de gente a la montaña por temperaturas más propias del verano, ha dejado nueve rescates en el Pirineo aragonés. Los accidentes más graves se produjeron en la zona de Petramula (Bielsa) y en los ibones de Arriel (Panticosa). En el primero, una joven de 28 años de Zaragoza sufrió una caída y en vista de sus lesiones se aconsejó su evacuación en un helicóptero del 112. En otro, un montañero de Toledo de 68 años se golpeó la cabeza al caer 20 metros.
El viernes se recibieron tres avisos en una hora, entre las 16.30 y las 17.30. El accidente más grave de ese día fue el del montañero toledano, que se precipitó por una vertical y sufría una herida sangrante en la cabeza. Se activó al Greim de Panticosa, la Unidad Aérea de Huesca y el médico del 061, que al llegar a la zona lo inmovilizaron para introducirlo en el colchón de vacío y posteriormente en la camilla y evacuarlo hasta Sabiñánigo, donde fue transferido a una UVI móvil con destino al Hospital Comarcal de Jaca.
En otro de los sucesos del viernes, los especialistas del Greim de Boltaña tuvieron que rescatar a un escalador que se encontraba bloqueado tras un ataque de pánico en la vía Rabiel, en el Tozal del Mallo (Torla). Tras sobrevolar la zona y localizarlo a él y a su acompañante, la aeronave tomó tierra en la cima y los socorristas se dirigieron a la salida de la vía para preparar la evacuación y guiar a los escaladores hasta arriba, desde donde fueron evacuados por el aire a la pradera de Ordesa para continuar por sus propios medios. Los escaladores eran un navarro de 31 años y un vecino de la Jacetania de 44 años.
Además, el Greim de Jaca evacuó al hospital a un montañero pamplonés de 61 años que se cayó y se dio un golpe en las costillas mientras realizaba la ruta desde el pico Olivón hacia el refugio de Lizara (Hecho).
El sábado, hubo que evacuar a un valenciano de 58 años con una lesión en un tobillo tras un tropiezo en el ascenso al pico de la Munia (Bielsa); a un senderista de Santiago de Compostela, de 36 años, que sufría agotamiento y calambres en las inmediaciones del ibón de Piedrafita (Biescas); y a un montañero barcelonés, también de 36 años, que se rompió un dedo y sufría magulladura, tras el desprendimiento de una roca en las inmediaciones de la Cresta de Llauset (Montanuy).
El último aviso llegó por un senderista zaragozano de 44 años que tuvo una lesión de rodilla en las inmediaciones de la cascada de la Cola de Caballo, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Este domingo, se produjo otro de los accidentes más graves, el de la senderista zaragozana de 28 años que se cayó en la zona de Petramula (Bielsa). Tras sobrevolar la zona, el helicóptero de la Guardia Civil la localizó en una ladera tendida en el suelo tapada con una manta térmica, junto a sus acompañantes. Se la introdujo en un colchón de vacío y en una camilla para ser evacuada a la helisuperficie de Boltaña, donde fue transferida al helicóptero medicalizado del 112 del Gobierno de Aragón, con destino al Hospital Clínico de Zaragoza.
El último aviso se produjo desde el refugio de Cap Llauset para informar de que un senderista se lesionó el tobillo en el collado de los Ibones. Se trata de un vecino de Lérida de 61 años.
