Huesca desborda devoción al Santo Cristo

Desde que a primera hora llegaron ya caminando fieles de pueblos cercanos, la catedral estuvo todo el día abarrotada. La venerada imagen se sacó de su camarín por un día para exponerla en el altar mayor.

Miles de files han pasado este 12 de septiembre por la catedral de Huesca para mostrar su devoción al Santo Cristo de los Milagros.
Miles de files han pasado este 12 de septiembre por la catedral de Huesca para mostrar su devoción al Santo Cristo de los Milagros.
Javier Navarro

El Santo Cristo de los Milagros, el segundo más venerado por los oscenses después de San Lorenzo y con permiso de San Vicente, volvió a congregar este 12 de septiembre a miles de personas durante toda la jornada en la catedral de Huesca, donde se expone su imagen, para celebrar el final de su Novena.

La tradición señala que el Santo Cristo libró a la ciudad de la peste en el año 1497 después de que su imagen derramase sudor. Desde entonces se mantiene una devoción por toda la diócesis. De allí que a primera hora de la mañana llegaran ya peregrinos desde varias localidades próximas a la capital como Bolea, Igriés, Pueyo de Fañanás, Sangarrén o Tabernas de Isuela. Fueron recibidos en la plaza de la Universidad por miembros de la Cofradía del Santo Cristo de los Milagros y San Lorenzo Mártir encabezados por el prior, Vicente Estévez.

Luego, a las 8.00, acudieron a la misa que presidió el obispo, Julián Ruiz Martorell, acompañado por el vicario pastoral, José Alegre, y el delegado de Liturgia, Francisco Raya, en la que se trasladó la imagen desde su capilla al altar mayor portada por el propio Estévez en una procesión por las naves lateral y central. Y después la Asociación de Vecinos del Casco Histórico invitó a los asistentes a chocolate con bizcochos.

A lo largo de todo el día, los oscenses fueron pasando por la catedral pero el acto central llegó a las 19.00 con la solemne pontifical, presidida también por el obispo, tras la cual el Santo Cristo de los Milagros fue depositado de nuevo en el camarín de su capilla en una nueva procesión.

Julián Ruiz animó a los fieles a darle gracias al santo "para valorar, reconocer y agradecer todo lo que Él nos concede: la vida, la fe, la familia, la posibilidad de amar generosamente al prójimo, la esperanza", recordando que son muchas las personas se encomiendan a él  «cuando vivimos asediados por enfermedades y sufrimientos».

La catedral estuvo abarrotada. Asistieron muchos miembros de la corporación municipal con la alcaldesa, Lorena Orduna, a la cabeza. Y las mairalesas de barrios y peñas entregaron ofrendas.

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