Tolva secunda la protesta nacional contra las autopistas eléctricas

Alrededor de cien personas de distintas localidades de Ribagorza y La Litera han participado en la movilización para reclamar una transición energética "que no sacrifique el territorio ni la naturaleza". 

Algunos de los participantes en la movilización de este sábado en Tolva.
Algunos de los participantes en la movilización de este sábado en Tolva.
Heraldo.es

Vecinos de Benabarre, Arén, Alins o Graus, y hasta de Binéfar han participado en la movilización convocada en Tolva para rechazar los macroparques fotovoltaicos y eólicos, con las consiguientes líneas de alta tensión que cruzan los territorios para llevar la energía a otras regiones y ciudades bajo el lema 'Despierta: renovables sí, pero no así'. Esta protesta se ha desarrollado de manera simultánea a otras que han tenido lugar en distintas ciudades de España como Almería, Barcelona, Burgos, Gran Canaria, Lérida, Tarragona y Zaragoza, afectadas por la proliferación masiva de estas plantas de producción energética. 

Tolva y Benabarre son dos de los municipios afectados en la provincia por el trazado de la autopista eléctrica Valsalada-Laluenga-Isona, con una  que valoración favorable de la Declaración de Impacto Ambiental emitida hace tres semana. El proyecto que contempla  seis parques eólicos (con 47 aerogeneradores en vez de los 54 previstos en un principio) localizados en los términos municipales de Almudévar, Gurrea de Gállego y Alcalá de Gurrea.

La concentración de Tolva se ha celebrado a las 11.00, al mismo tiempo que las que han tenido lugar en otras localidades. Vía 'streaming' se han coordinado para coordinado para exigir una transición energética sostenible, "que no sacrifique al territorio ni a la naturaleza en aras al beneficio exclusivo de macroempresas y el oligopolio energético".

En el manifiesto conjunto, las 25 entidades convocantes han denunciado que el modelo actual de transición energética, "el que impulsan las

multinacionales energéticas y nos imponen nuestros gobiernos no es ni sostenible ni eficiente y provocará la destrucción de millares de hectáreas de bosques y cultivos".

Por otra parte, han señalado que se sigue apostando por "un crecimiento económico insostenible y depredador, con macroproyectos que destruyen territorio y consumirán cantidades ingentes de agua, energía y

recursos  en vez de orientarnos hacia el decrecimiento, el ahorro, la eficiencia y la mejora de la calidad de vida de las personas".

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